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Catedral de Burgos

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Catedral de Burgos

La Catedral de Burgos dedicada a la Virgen María comenzó su construcción en 1221 siguiendo patrones góticos franceses si bien tuvo importantísimas modificaciones en los siglos XV y XVI como las agujas de la fachada principal, capilla del Condestable y cimborrio del crucero. Las últimas obras de importancia (la sacristía o la capilla de Santa Tecla) pertenecen al siglo XVIII, siglo en el que también se desmanteló por completo la estatuaria gótica de las puertas de la fachada principal. A principios del XX se eliminaron algunas construcciones adosadas al templo, como el Palacio Arzobispal y el piso superior del claustro.

En la catedral se conservan obras de artistas extraordinarios, como los arquitectos y escultores de la Familia Colonia (Juan, Simón y Francisco), los escultores Gil de Siloé, Felipe Vigarny o Juan de Anchieta, el escultor y arquitecto Diego de Siloé, el rejero Cristóbal de Andino o el pintor Sebastiano del Piombo ("Sagrada Familia en un paisaje"), entre otros muchos.

Maestros que intervienen en la obra

Primeros maestros

Transformaciones exteriores

Fachada del Sarmental

Puerta de la Pellejería

Escalera Dorada

Sillería del coro

Retablo mayor

  • Rodrigo de la Haya y Martín de la Haya
  • Simón de Bueras
  • Juan de Ancheta: coronación y asunción

Capilla del Condestable


Etapas en la construcción del templo

Templo románico

Burgos se convirtió en sede episcopal en 1075. El rey Alfonso VI promovió la construcción de una catedral dedicada a la Virgen María de la que no se conocen sus trazas, pero que se supone románica y del tipo de las obras coetáneas (la desaparecida iglesia de Silos, la del Monasterio de San Pedro de Arlanza, la de San Martín de Frómista o la catedral de Jaca). En 1096 las obras de este templo ya estaban terminadas, pero pronto resultó pequeño para las necesidades de una ciudad que era la capital simbólica del reino, una potente sede episcopal (el cabildo catedralicio tenía más de treinta miembros ya antes de 1200) y un centro comercial cada vez más dinámico. La decisión de levantar una nueva catedral se tomó por fin ya iniciado el siglo XIII. Como era común en la época, se destruyó el edificio románico (del que sólo queda algún resto escultórico) y sobre su solar se levantó el nuevo gótico.

Nueva construcción y obras en los siglos XIII y XIV

La primera piedra de la nueva catedral se colocó el 20 de julio de 1221 en presencia de los promotores del templo: el rey Fernando III de Castilla y el obispo Don Mauricio. La construcción de la catedral se inició por el presbiterio. Se supone que el primer maestro de obra sería francés, aunque se desconoce su nombre. Lo que sí es deducible es que este maestro francés conocía la actividad realizada en la catedral de Bourges, cuya cabecera se asemeja a lo que hoy se considera que era la primitiva cabecera de la catedral de Burgos, ya gótica. Esta cabecera primitiva tenía una girola con una serie de capillas radiales intercaladas entre contrafuertes.

Hacia 1240 se hace cargo de las obras el llamado Maestro Enrique quien decide modificar el planteamiento de la anterior cabecera y transformarla radicalmente, disponiendo un profundo presbiterio de tres tramos, rodeado de una amplia girola, a la que se abren cinco amplias capillas poligonales, precedidas por dos capillas rectangulares a cada lado, tal y como se había realizado en Reims. Los refuerzos son con arbotantes. Las obras avanzaron con rapidez y el templo se consagró en 1260.

Entre la segunda mitad del siglo XIII y principios del XIV ya estaban completas las capillas de las naves laterales y se había construido el claustro actual.

Ampliaciones y reformas en los siglos XV al XVIII

En el siglo XV la familia de los Colonia dan un nuevo impulso al templo añadiendo las agujas a las torres de la fachada principal en el estilo gótico flamígero germánico y la Capilla de los Condestables de Castilla, ampliando la capilla radial central de la girola, para construir su cámara funeraria.

A finales del siglo XV Juan de Colonia levanta el cimborrio, que causa ruina en el XVI y es rehecho por Juan de Vallejo en estilo plateresco.

Entre 1519 y 1525 Diego de Siloé construye la Escalera Dorada

En el siglo XVIII se realizaron la Capilla de Santa Tecla, la Capilla de las Reliquias y la Sacristía.

A finales del XIX se restaura el templo y el claustro por Vicente Lampérez y Romea

Planta

La planta con forma de cruz latina está dispuesta en dirección suroeste-noreste donde se sitúan el acceso principal y cabecera respectivamente. Consta de tres naves de seis tramos hasta el crucero, las cuales a partir de este se prolongan en el presbiterio de tres tramos y ábside rodeado de una amplia girola a la que se abren cinco capillas poligonales, precedidas por dos capillas rectangulares a cada lado, tal y como se había realizado en Reims. La situación del templo en ladera implicaba que uno de los brazos sobresaliera del terreno por su lado sureste, imponiendo una larga escalinata exterior y quedara empotrado por su lado noroeste, cuyo acceso quedó resuelto interiormente con la Escalera Dorada.

Exterior y accesos

Fachada de Santa María

La fachada de Santa María se sitúa al occidente del templo y está inspirada en las de las catedrales de París y Reims. Consta de tres cuerpos rematados por dos torres laterales de planta cuadrada. Las agujas caladas de influencia germánica se añadieron en el siglo XV y son obra de Juan de Colonia.

El cuerpo inferior de la fachada no se ha conservado en su estado primitivo del siglo XIII, al ser destruida y restaurada durante el siglo XVIII siendo la puerta central de estilo neoclásico, con vano adintelado y frontón triangular. Gracias a grabados anteriores a la destrucción y por descripciones se sabe que la temática principal de estas puertas era de tipo mariano, donde se desarrollaba el ciclo iconográfico de la Dormición y Coronación de la Virgen.

El segundo cuerpo de la calle central de la fachada es obra del siglo XIII y en él se abre un rosetón de aire cisterciense, con tracería de estrella de seis puntas. En el tercer cuerpo de la misma calle se abre una galería jalonada por sendas agujas y varios pináculos, y formada por dos grandes ventanales con maineles y tracería de tres óculos cuadrilobulados. Corona la calle una fina barandilla-crestería de arquillos ojivales sobre la que se alza una estatua de la Virgen con el Niño realizado a mediados del siglo XV por Juan de Colonia.

Sobre las puertas laterales se alzan dos torres casi gemelas del siglo XIII y de tres cuerpos, con pilastras decoradas con pináculos y estatuas en sus ángulos. Sobre estas torres, a mediados del siglo XV, Juan de Colonia elevó sendas agujas o chapiteles piramidales de base octogonal y de finos calados que configuraron definitivamente la silueta de la seo burgalesa.

Jalonan el conjunto de la fachada dos torrecillas poligonales, decoradas con arquillos lobulados, con pináculos y con estatuas y rematadas en agujas piramidales que ascienden hasta el arranque de las agujas de las torres; en su interior albergan sendas escaleras de caracol que ascienden al triforio y a las bóvedas de la catedral.

Fachada del Sarmental

Construida alrededor del 1230 en el brazo suroriental del crucero y asomada a la Plaza del Rey San Fernando, consta de tres cuerpos entre contrafuertes.

El cuerpo inferior con un único acceso cuenta con un tímpano rodeado por tres arquivoltas en las que se representan los ancianos del Apocalipsis tocando o afinando instrumentos musicales medievales y varios coros de ángeles. En el tímpano se encuentra la figura de Jesús en majestad, flanqueado por los símbolos del Tetramorfos (cuatro evangelistas). Bajo el tímpano un dintel con doce figuras sentadas representando a los apóstoles. La puerta está dividida por un parteluz en la que aparece una moderna estatua (sustituyendo a la deteriorada original) en la que se representa un obispo, tradicionalmente se dice que es Don Mauricio, aunque bien pudiera ser don Asterio de Oca o San Indalecio. En las jambas se encuentran esculpidas seis figuras, cuatro de las cuales representan a Moisés, Aarón, San Pedro y san Pablo.

Aunque la Portada concentra todo el interés, no puede pasarse por alto el resto del hastial, que escoltan robustos contrafuertes rematados en pináculos. Es trabajo posterior, de finales del siglo XIII. Sus dos cuerpos superiores, estructurados a semejanza del cuerpo central de la Fachada de Santa María, están ocupados por un rosetón y sobre él un conjunto de galería abierta con tres arcos con intradoses calados con triple cuatrifolio y apoyados en maineles frente a los que asoma una estatuaria interpretada como la Divina Liturgia, donde Cristo administra la Eucaristía flanqueado por doce ángeles ceriferarios y turiferarios.

Fachada de la Coronería

Construida entre los años 1250 y 1257 por artistas locales pertenecientes al círculo del maestro Enrique en el brazo noroccidental del crucero, a la altura de la calle Fernán González se abre a una cota muy superior a la del nivel interior del templo comunicándose con este mediante la Escalera Dorada de Diego de Siloé.

Plenamente gótica, parte de los temas escultóricos prolongan sin embargo la tradición románica. Además, el entorno de la puerta fue reformado en el xviii, en 1786, con un arco de medio punto de grandes dovelas y de estilo barroco, el cual sustituyó un parteluz gótico en el que estaría representada la figura de Dios Padre. Al poco de acometer la remodelación, el cabildo decidió clausurar esta puerta por el excesivo y molesto tránsito de vecinos que descendían hacia la parte baja de la ciudad con bastimentos y utensilios. Terminó así otro trasiego de gentes, este piadoso, ya que por la Coronería accedían a la catedral los peregrinoso que seguían el Camino de Santiago.

Por debajo y encima de las jambas, y extendiéndose por el muro circundante, formando frisos, aparecen sendas series de arcos ciegos ojivales apuntados y trilobulados, que en el zócalo inferior montan sobre columnillas pareadas con capiteles vegetales. Esta galería ciega de trilóbulos y columnillas sirve de base a un Apostolado al completo, formado por estatuas de bulto redondo y de tamaño casi natural. Se presentan seis en cada lado, adosadas al muro y separadas por las jambas.

Las tres arquivoltas están guarnecidas por relieves de serafines en la interior, ángeles turiferarios en la intermedia, y escenas de la resurrección de los muertos en la exterior. El tímpano, dividido en dos partes, representa el Juicio Final. Sobre el dintel justo encima de la puerta aparece una larga escena en relieve presidida por San Miguel con una balanza pesando las almas; le rodean, a la izquierda, unos demonios que intentan desnivelar a su favor el peso de los pecados, así como los condenados que son conducidos al Infierno, y, a la derecha, una casita con la puerta abierta que representa la entrada al paraíso, en el que ya están unos nobles, un rey, una reina, un monje con capucha y un religioso franciscano, los bienaventurados. Este motivo de la psicostasis es una herencia iconográfica del arte románico. En la parte superior del tímpano aparece otro motivo habitual del románico, la Déesis, con Cristo entronizado como juez universal, con los brazos alzados, mostrando la herida del costado y flanqueado por la Virgen y San Juan que imploran piedad para las almas de los desdichados. En el vértice del tímpano, sobre unas nubes, unos ángeles portan las insignias de la Pasión. Los conatos de dramatismo y la expresión gesticulante que muestran varias de las imágenes de esta portada las alejan del pleno clasicismo francés y las ponen en relación con una corriente más naturalista de claro sabor hispano.

Se considera a esta portada emparentada con la del Juicio de la fachada occidental de la catedral de León y con la temática iconográfica de las catedrales de Reims y Chartres, aunque su referencia más evidente es la vecina Puerta del Sarmental, cuyo perfecto equilibrio, sin embargo, no consigue alcanzar.

La fachada de la portada de la Coronería se prolonga hacia arriba con un ventanal de triple arco escalonado y sobre él, jalonada por sendas agujas caladas, una galería de tres arcos ojivales, con maineles y tracería de tres círculos cuadrilobulados. Adosadas a los maineles hay doce estatuas coronadas alusivas a la realeza castellana y, adosadas a las enjutas de los arcos, ángeles turiferarios. Siguiendo con lo visto en la fachada del Sarmental, el hastial de la Coronería termina en su parte superior con una barandilla formada por arquillos.

Cimborrio del crucero

Hacia 1460-1470 Juan de Colonia levantó un cimborrio en el crucero de la catedral. El 4 de marzo de 1539 esta obra se hundió al ceder sus pilares del lado norte y arrastró consigo varias bóvedas. Se encargó su reconstrucción a Juan de Vallejo‏‎, quien reforzó los pilares y conservó el perfil gótico de la obra, de planta (compuesta por dos cuerpos de ventanales, bóveda estrellada calada y coronamiento exterior de agujas) pero lo revistió de una profusa decoración renacentista. Entre otros escultores, colaboraron en la obra Juan Picard y Pero Andrés.

En el interior, justo en el crucero, bajo la bóveda estrellada del cimborrio, se encuentra desde 1921 el sepulcro del Cid y su esposa Jimena.


Interior de la catedral

Escalera Dorada

La obra fue encargada en 1519 por el cabildo de la catedral y el obispo Juan Rodríguez de Fonseca, quienes la costeraron. Obra de Diego de Siloé inspirada en el renacimiento italiano, está esculpida con una gran riqueza iconográfica basada en los grabados de Nicoletto Rosex da Modena, Agostino de Musi, fray Antonio de Monza, Giovanni da Brescia y Agostino Veneziano. Los antepechos de hierro sobredorado (1523-1526) son del maestro francés Hilario. La escalera comunicaba la puerta de la Coronería con la catedral, salvando un desnivel de casi ocho metros. El arquitecto Charles Garnier se inspiró en ella para la gran escalera de la Ópera de París.

Actualmente la puerta de la Coronería está permanentemente cerrada y la escalera ha perdido su uso para el tránsito público. Sólo se utiliza para instalar en ella la custodia con el Santísimo Sacramento en Semana Santa (Jueves y Viernes Santo).

Capilla del Condestable

Edificada sobre la capilla central de la girola, sustituye a la primitiva capilla gótica dedicada a San Pedro. La nueva gran capilla fue encargada por los Condestables de Castilla Pedro Fernández III de Velasco y Mencía de Mendoza y Figueroa para servir de panteón familiar y aunque su denominación popular sea la de Capilla del Condestable (o de los Condestables), su nombre exacto es Capilla de la Purificación de la Virgen, a la que estaba consagrada.

Arquitectura de la capilla del Condestable

La arquitectura se debe a Simón de Colonia, quien comenzó las obras en 1482. Se trata de una gran construcción que muestra del gótico tardío y la transición del arte gótico al temprano renacentista: Colonia adaptó el solar irregular de la capilla para construir un espacio único cubierto con una bóveda estrellada, octogonal, con su zona central -en torno a la clave principal- calada, de tal modo que entra luz cenital. La obra arquitectónica se completa con la sacristía adyacente, añadida en 1517 por Francisco de Colonia.

Retablos de la capilla del Condestable

El retablo mayor es obra de Diego de Siloé y de Felipe Vigarny y fue realizado entre 1523 y 1526. Su arquitectura es muy original: el asunto principal (la Purificación de la Virgen) ocupa todo el primer cuerpo, concebido como si fuera un escenario (así lo describió el historiador Martín González), con esculturas de tamaño natural en las que se aprecia la diferencia de estilo entre Vigarny y Siloé (este último más delicado y dulce que el borgoñón). La policromía del retablo estuvo a cargo de León Picardo.

Retablos laterales

  • Retablo de Santa Ana. Iniciado por Gil de Siloé, fue terminado por su hijo Diego hacia 1522.
  • Retablo de San Pedro. Estaba ya terminado en 1523. Al igual que el retablo mayor de la capilla, es una obra en colaboración de Diego de Siloe y Felipe Vigarny, y también se contó con la policromía de León Picardo.



Planos

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Otras imágenes

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Situación


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Coordenadas y enlace con otros sistemas:42°20′27″N 3°42′16″O / 42.340731, -3.704463
Plaza Sta. María, 1, Burgos - Coordenadas: 42°20′27″N 3°42′16″O / 42.340731, -3.704463
Plaza Sta. María, 1, Burgos
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Referencias

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