Catedral de León

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Plantilla:Infobox catedral

La actual catedral de León, iniciada en el siglo XIII, presenta un diseño del más depurado estilo gótico clásico francés. Conocida como la pulchra leonina.[1]

Historia

Originariamente, bajo la actual ubicación de la catedral, la Legio VII Gemina había construido termas y otros edificios públicos. Recientemente se han descubierto algunos de estos restos romanos, junto a la fachada sur. Con la reconquista cristiana, son convertidos en palacio real. En el año 916 el rey Ordoño II, que hacía pocos meses había ocupado el trono de León, venció a los árabes en la Batalla de San Esteban de Gormaz. Como señal de agradecimiento a Dios por la victoria, cedió su palacio para construir la primera catedral española. Bajo el episcopado de Fruminio II, es transformado el edificio en lugar sagrado.

Acoge los restos del rey Ordoño 2, fallecido en zamora el año 924. El templo estaba custodiado y regido por monjes de la orden de San Benito, y es muy probable que su estructura fuera muy similar a la de tantos otros existentes durante la mozarabía leonesa.

Nos hablan las crónicas del paso de Almanzor por estas tierras a finales del primer milenio, devastando la ciudad y destruyendo sus templos. No obstante, parece que los daños ocasionados a la fábrica de la catedral debieron de ser inmediatamente reparados, ya que el año 999 era coronado en ella, en un acontecimiento lleno de esplendor, el rey Alfonso V. Tras una sucesión de revueltas políticas y de duras empresas bélicas, hacia el 1067 el estado de la Catedral era de suma pobreza. Ello conmovería al rey Fernando I de Castilla, quien, después de trasladar los restos de San Isidoro a León, «se volcó en favores a la misma». Con este rey se inició una época pacífica, cosechando grandes triunfos en la expansión del reino cristiano. Era el momento del florecimiento del Románico isidoriano.

Con la ayuda de la princesa Doña Urraca, hermana del rey, se inicia la construcción de una segunda catedral, acorde con las aspiraciones de la cristiandad románica, y dentro de su estilo arquitectónico. Ocupaba la sede episcopal Pelayo II. Aunque inicialmente románica, su estilo era fundamentalmente gótico, construida en ladrillo y mampostería, con tres naves rematadas en ábsides semicirculares, dedicado el central a santa María, como en la iglesia anterior. Aunque toda ella estuviese ejecutada dentro de las corrientes internacionales, contemplando lo que ha pervivido de su estatutaria, podemos averiguar que tenía su carácter autóctono, utilizándose aún el arco de herradura, al menos como forma decorativa. Fue consagrada el 10 de noviembre de 1073. Es de suponer que en ella trabajasen los mismos Canteros que estaban construyendo la Basílica de San Isidoro de León.

Esta catedral se mantuvo en pie hasta finales del siglo siguiente. Cuando accede al trono el último rey de León, Alfonso IX‏‎, se asiste en la ciudad y en el reino a un importante cambio social, de creatividad artística y desarrollo cultural.

La construcción de la tercera catedral se inicia hacia 1205 y su estructura fundamental se finaliza en 1301, aunque la torre sur no se termina de construir hasta el siglo XV. Gran parte del solar se asienta sobre restos romanos, hipocaustos del siglo II, lo que dificultó la buena cimentación de los pilares. La acumulación de humedades y la filtración de aguas ocasionó graves inconvenientes a los maestros. Por otra parte, la mayoría de los sillares de la catedral son de piedra de mediocre calidad, de tipo calizo, con escasa resistencia ante los agentes atmosféricos. Además, la sutilidad de su estilo es un desafío a la materia; los numerosos soportes son sumamente frágiles, las líneas se reducen a una depuración total, de modo que varios arquitectos de la época pusieron en duda que tal proyecto pudiera mantenerse en pie.

 
Interior de la Catedral de León.

Éstas han sido algunas de las razones más importantes por las que, ya desde finales del siglo XIV, comenzaron a verse fallos en su arquitectura. En aquella época se resintió al hastial sur, por haberse desequilibrado los pilares torales. Hubo que construir la "silla de la reina", obra del maestro Jusquín. El año 1631 se derrumbaron parte de las bóvedas de la nave central. El cabildo recurrió a Juan Naveda, arquitecto de Felipe IV, quien cubrió el crucero con una gran cúpula, rompiendo los contrarrestos del sistema gótico, tan distintos de los del barroco. Tanto el hastial como las capillas del sur volvieron a estar en peligro. Aquél tuvo que ser reedificado en el año 1694. Quiso poner remedio a estos desastres Joaquín de Churriguera levantando cuatro grandes pináculos sobre los pilares del crucero, a principios del siglo XVIII, pero las consecuencias de esta intervención serían nefastas.

Por León fueron desfilando grandes arquitectos, como Giacomo de Pavía, mientras los males seguían agravándose. El Terremoto de Lisboa del año 1755 conmovió a todo el edificio, afectando de manera especial a los maineles y a las vidrieras. El año 1830 aumentaron los desprendimientos de piedras en el hastial sur y, para salvarlo, Sánchez Pertejo reforzó los contrafuertes de toda la fachada.

El cabildo temió un desenlace fatal, cuando el año 1857 comenzaron nuevamente a caer piedras de las bóvedas. Intervino entonces la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y el gobierno encargó las obras a Matías Laviña. Éste se dispuso a desmontar la media naranja y los cuatro pináculos que la flanqueaban, pero el peligro de un total hundimiento se hacía más inminente. A su muerte se responsabilizó de las obras Hernández Callejo, quien pretendía seguir desmontando el edificio, cuando fue cesado en el cargo. Con los proyectos de Laviña, continuó la restauración Juan Madrazo el año 1869. Éste era un gran medievalista, buen conocedor del gótico francés. Modificó notablemente la disposición de las bóvedas, volvió a rehacer desde la arcada el hastial del sur y planificó todo el templo tal y como lo encontramos hoy. A Juan Madrazo le sucedió en el cargo Demetrio de los Ríos el año 1880. Purista, como el anterior, continuó dando a la catedral el aspecto primitivo, según su pensamiento racionalista, y desmontó el hastial occidental, que había sido hecho por Juan López de Rojas y Juan de Badajoz el Mozo, en el siglo XVI. A su muerte fue nombrado arquitecto de la catedral Juan Bautista Lázaro, que concluyó los trabajos de restauración arquitectónica en la mayor parte del edificio, y el año 1895 emprendió la ardua tarea de recomponer las vidrieras. Estas llevaban varios años desmontadas y almacenadas, con grave deterioro. Fue ayudado por su colaborador, Juan Crisóstomo Torbado.

El 27 de mayo de 1966 un incendio arrasó toda la techumbre de las naves altas.

En las últimas décadas se está trabajando con gran intensidad en el refuerzo de las estructuras y suelos y el tratamiento de la piedra con las más novedosas técnicas, en un esfuerzo por conservar para la humanidad esta maravilla arquitectónica.

La leyenda del topo

Sobre la puerta de San Juan, por el interior, cuelga un pellejo, a modo de quilla, que la tradición leonesa ha identificado siempre como un "topo maligno". Según cuenta la leyenda, el topo destrozaba lo construido a lo largo del día durante la noche en los primeros momentos de la magna obra del templo. Impacientándose los leoneses porque la obra de la prometida Catedral no avanzaba, decidieron acabar con aquel ser maligno que no dejaba avanzar los trabajos: algunos de ellos lo esperaron durante la noche y acabaron con él a garrotazos. En recuerdo de aquel acontecimiento y en agradecimiento a la Virgen María, titular del templo, la piel del animal fue colgada en el interior de la Catedral, sobre la citada puerta, en la fachada Oeste.

 
Fachada Sur de la Catedral de León.

La realidad que esconde la leyenda es que las obras de la Catedral de León se encontraron con numerosos problemas de cimentación, sobre un terreno muy inestable que, ya por entonces, había acogido muchas y diversas construcciones. A ello se unía la hoy conocida mediocre calidad de la piedra empleada, traída de la localidad de Boñar, en la montaña leonesa. Por su parte, lo que hoy podemos contemplar en la penumbra sobre la ya mencionada puerta del templo catedralicio se demostró durante los años 90 ser en realidad un caparazón de tortuga laúd, cuyo origen aún es incierto, aunque se presupone que se trataría de la ofrenda realizada por algún hombre de poder a la Catedral, insertándose tal elemento en la antigua tradición (clave en la constitución de numerosos museos) del coleccionismo de Antigüedades y rarezas.

Características

Generalidades del gótico

En el gótico se generaliza el uso de la Bóveda de Crucería con arcos apuntados que permiten hacer catedrales más esbeltas (por una parte, el ARCO puede alargarse sin ampliar su ancho como ocurría en el románico y reduce los empujes haciendo cubiertas más ligeras, lo que permite abrir los muros). Desaparece la tribuna románica y los empujes laterales que ésta resolvía se envían a los arbotantes, arcos que transmiten el empuje de la cubierta a los pilares exteriores. Las grandes vidrieras son una muestra del interés del gótico por comunicarse con el pueblo. Así mismo, la sensación de verticalidad se corresponde a la idea del Jerusalén celeste, en comparación contra la sensación de acogimiento y seguridad a los fieles creada en el románico.

La catedral

 
Interior de la Catedral destacando las vidrieras.

Destaca la fachada principal (hastial oeste), con cinco arcos finamente esculpidos en el siglo XIII, con tres puertas y rosetón central, flanqueada por dos torres góticas de 65 y 68 metros respectivamente. La planta es casi una réplica de la Catedral de Reims aunque en formato algo menor. Tiene unas dimensiones de 90 m de larga, 30 m de alta y 29 m de ancha. Dividida en tres naves, de la entrada al transepto, y cinco naves del transepto al altar mayor. La catedral presenta macrocefalia, es decir una cabeza de mayor tamaño que lo común (el ancho del transepto en este caso) y que le resta algo de profundidad y perspectiva pero a cambio le brinda mayor espacio para los fieles (debido a estar en el camino de Santiago su afluencia era mayor). En sus muros presenta 125 ventanales, con 1.800 m² de vidrieras policromadas de origen medieval, siendo consideradas de las mejores del mundo en su género. De ellas, destacan el gran rosetón central situado en el pórtico central, entre las dos torres de aguja, así como las de la Capilla Mayor, el transepto norte y la Capilla de Santiago.

La Capilla Mayor, cerrada por una verja de estilo plateresco, contiene una custodia de plata del siglo XVI y pinturas góticas en el retablo del Altar Mayor, de Nicolás Francés y Van der Weyden. En el Trascoro‏‎, una de las sillerías más antiguas labradas por escultores de Flandes en el siglo XV. Magníficas esculturas del siglo XV en la capilla del sagrario.

El claustro del siglo XIV tiene forma de cuadrado regular, con seis arcos ojivales en cada lado.

En el Museo Catedralicio se conserva un Cristo de marfil de siglo XIII, algunas esculturas de Juan de Juni y sus discípulos, un misal del siglo XVI y varios ornamentos litúrgicos de la misma época.

En la biblioteca hay varios manuscritos visigodos y un ejemplar de la Lex Romana Visigothorum.

El Museo Catedralicio Diocesano

Fue inaugurado el año 1981 y es el resultado de la fusión del antiguo museo catedralicio con el diocesano. Este último había sido creado por el obispo Almarcha el año 1945, aunque el mayor incremento de sus fondos se realizó a partir de la década de los sesenta.

En la actualidad constituye un conjunto único en su género, albergando piezas de todas las etapas de la historia del arte, desde la prehistoria hasta el siglo XX, todas ellas repartidas en diecisiete salas, en el entorno del claustro catedralicio.

Se accede a él por una hermosa puerta de nogal, que según el profesor Merino Rubio, había sido hecha para la librería por Juan de Quirós, antes del año 1513; en su tímpano se narra la escena de la Anunciación, plenamente flamenca, sobre un espacio con arquerías góticas.

En la primera estancia se nos muestra la escalera plateresca de Juan de Badajoz el Mozo, que facilitaba la subida a la Sala Capitular. Nada tiene que envidiar a la construida por Covarrubias‏‎ en el Palacio de Santa Cruz de Toledo. Es imposible sacar tanto rendimiento a tan pequeño espacio con una obra tan perfecta. El soporte de sus tres cuerpos está profusamente decorado con labores menudas de bueráneos, "candelieri", medallones y otros temas del mejor Renacimiento. Se buscó como pretexto para colocar el escudo del obispo mecenas, Pedro Manuel, la pequeña tribuna que resalta sobre la balaustrada.

Son varias las obras expuestas en este marco configurado por la caja de la escalera. Así, dos hermosos calvarios del siglo XIV, tallados en madera con restos de policromía; el de mayor tamaño, procedente de Gusendos de los Oteros, sufre varias mutilaciones, por haber permanecido enterrado durante siglos debajo del presbiterio del templo y el otro, más estilizado, perteneció a la iglesia prerrománica de san Adrián; una imagen de la Virgen con el Niño, en piedra policromada del siglo XIV, conocida con el nombre de la "Virgen del Dado antigua"; un crucificado de transición procedente de Grajal de Campos de principios del mismo siglo; dos tablas tardogóticas, con apóstoles, procedentes de Tomeros, y seis pinturas al óleo, del último tercio del siglo XVI, pertenecientes al desaparecido retablo de Fuentes de Carbajal, con escenas de la infancia y de la pasión de Cristo.

El Archivo

Historia

A lo largo de los siglos se han realizado diversos trabajos y actuaciones en el Archivo con el fin de conservar los manuscritos y todo tipo de documentación que en él se iba recogiendo. A continuación se ofrecen algunos de los trabajos más importantes.

Siglo XII.- El más antiguo de los trabajos realizados es el "Libro del tumbo" (Códice nº.11), donde se han copiado los testamentos, privilegios y donaciones de los siglos X, XI y XII. La copia es de fines del siglo XII, llevando el último documento la fecha de 1171 (era 1209).

Siglo XIV.- En 18 de abril de 1303 el Obispo D. Gonzalo Osorio redactó las "Normas por las que debía regularse el préstamo de escrituras del Archivo".

Siglo XV.-

  • 1. Así comienza uno de los inventarios o repertorios confeccionados en este siglo ( año 1405): "Este es el Repertorio de las escripturas que la iglesia de Leon ha, que pertenescen al obispo et al cabildo las quales jazem en el tesoro de le dicha iglesia. El cual Repertorio mando fazer Don frey Alfonsso por la gracia de Dios e de la santa iglesia de Roma obispo de Leon, et los otros Señores deam e cabildo de la dicha iglesia, por quanto muchas veces mandauan buscar algunas escripturas que eran necessarias al dicho Señor obispo et al cabildo de la dicha iglesia; et por la muchedumbre dellas, et por non estar ordenadas según conviene, non las podían fallar tan ayna. Et otrosi por cuanto avia muchas escripturas en la dicha iglesia de las quales non avia noticia alguna, et por muchos dampnos que se podrían seguir a la dicha iglesia por fallecimiento de las escripturas et por non aver dellas noticia et porque mejor fuesen falladas et mays ayna, et eso mesmo sopiesen que escripturas avia en la dicha iglesia, ordenaron el dicho Señor obispo et los dichos señores deam e cabildo de mandar fazer este Repertorio por do fuesen mays ayna falladas et sabidas las escripturas de la dicha iglesia, el qual es fecho e ordenado en esta manera". (Códice núm. 17, fol l). El autor de este Repertorio fue Diego Sánchez, "conpaniero de la dicha iglesia".
  • 2.El año 1451 se redactó el célebre "Libro y Becerro de los testamentos, donaciones y escrituras, dejadas al Cavildo de la Santa Iglesia de Leon, sacadas con autoridad de sus originales" (Códice núm. 40) conocido con el nombre de Libro grande.
  • 3. Unos años más tarde, en 1468, se escribió el "Becerro de la Iglesia de Leon en que estan escriptas todas las Iglesias de su obispado e de quien son de apresentar" (Códice núm 13).
  • 4. A últimos del siglo XV se creyó oportuno volver a rehacer la tarea de 1405 y 1451, y se compuso otro "Libro becerro de apeamientos, escrituras y papeles tocantes a la hacienda del Cabildo de la Iglesia de León" (Códices núms. 10 y 53). En su redacción se emplearon cuatro años, los que van de 1490 hasta 1496.

Siglo XVI.-

  • 1. Una obra de contenido similar al anterior se realizó desde el año 1560 hasta 1562 (Códice núm. 50).
  • 2. Un ensayo de catálogo, más reglamentado que los anteriores, es el "Libro de apuntamientos del sector Canónigo D. Francisco Gallego" del año 1590. Contiene cuatro partes:
  • Escripturas del Libro Tumbo.
  • Escripturas del Libro grande de testamentos, privilegios y donaciones.
  • Noticias de bienhechores... por los libros de los meses y Calendarios.
  • Cosas memorables de acuerdos capitulares desde el año 1306 hasta el año 1583, sobre varias materias de gobierno, hacienda, apresentaciones.

Siglo XVII.- El 7 de Diciembre de 1699, el Canónigo Sr. Bustamante comienza la tarea de una "nueva organización del Archivo".

Siglo XVIII.-

  • 1. De principios del siglo XVIII, (1704) es el "Imbentario general de todos los papeles que tiene el thesoro de esta Sta. Iglesia Catedral de Leon; escrito y hordenado, de orden de los Señores Dean y Cabildo por D. Jerónimo Valbuena, canónigo y harchivista de dicha Iglesia Sta. Iglesia y natural de Villanueva de Gormaz, en el Obispado de Osma, Año 1704".
  • 2. El investigador Espinós, (1741-1777), preparó para la imprenta "Serie Chronologica e Histórica de las escrituras del Archivo de la Sta. Iglesia de León" pero no llegó a imprimirse.

Siglo XIX.- Los investigadores D. Eloy Díaz Jiménez, y D. Rodolfo Beer, son los autores de la obra "noticias bibliográficas y catálogo de los códices de la Sta. Iglesia Catedral de León", impresa en la misma ciudad de León en el año 1888.

Siglo XX.-

  • 1. En el año 1919 el P. Z. García Villada publica el "Catálogo de documentos y escrituras de la Catedral de León", llevando a cabo cuatro operaciones importantes: clasificación, numeración, colocación y catalogación de los documentos. Este catálogo ha sido pieza clave para todos los que han tenido que trabajar sobre documentos en pergamino de la Catedral.
  • 2. El año 1982, bajo la dirección técnica de D. José Mª. Femández Catón, comienza la realización del Proyecto de catalogación y edición crítica de la documentación del Archivo de la Catedral de León, desde el año 775 al 1900, que se incluye en la Colección "FUENTES Y ESTUDIOS DE HISTORIA LEONESA', con el título Colección documental del archivo de la Catedral de León (CDACL). Van publicados, hasta la fecha, los siguientes volúmenes:
Autor Años Volumen Número Fecha
Emilio Saéz (775-952) 41 León 1987
Emilio Saéz-Carlos Saéz Sanchez (953-985) 42 León 1990
José Manuel Ruiz Asencio (986-1.031) 43 León 1987
José Manuel Ruiz Asencio (1.032-1.109) 44 León 1989
Jose María Fernandéz Catón (1.109-1.187) 45 León 1990
Jose María Fernandéz Catón (1.188-1.230) 46 León 1991
José Manuel Ruiz Asencio (1.230- 1.269) 54 León 1993
José Manuel Ruiz Asencio/José Antonio Martín Fuertes (1.269-1.300) 55 León 1994
Mauricio Herrero Jiménez -- 56 León 1994
José Antonio Martín Fuentes (1.301-1.350) 59 León 1995
César Álvarez y Álvarez (1.351-1.474) 60 León 1995
Vicente García Lobo (1.475-1.534) 61 --
José María Fernández del Pozo (1.600-1.625) 66 León 1998
José María Fernández del Pozo (1.626-1.685) 67 León 1997
José María Fernández del Pozo (1.686-1.699) 68 León 1998
Vicente A. Álvarez Palenzuela (1.376-1.399) 76 León 1999

Fondo documental

Códices

Actualmente existen en la Catedral 88 Códices, preciosos por su fecha y más valiosos por sus miniaturas:

  • 1. Códice núm. 6.- Biblia latina: Ms. en pergamino, de 275 folios, a dos columnas de 38 líneas en los dos primeros cuadernos y 53 en los restantes, de 240 x 365 mm., en minúscula visigótica, siglo X (año 920).
  • 2. Códice núm. 8: Antifonario con música. Contiene las antífonas cantadas en las fiestas del ciclo litúrgico y de los santos, según el antiguo ritual visigótico-mozárabe de la Iglesia española hasta la introducción del rito romano. Fue escrito en el año 1069 para el abad lkila; en una nota del folio 25, se dice que fue copiado directamente de otro del tiempo del rey Wamba en 672. Está inédito y es el único ejemplar del Antifonario mozárabe hasta la fecha conocido.
  • 3. Códice núm. 15. El Palimpsesto. (Se le denomina así por llevar dos escrituras, una sobrepuesta a la otra); contiene cuatro quintas partes de la Lex Romana Wisigothorum, escrita en caracteres unciales del siglo VI y textos de la Biblia, en escritura semiuncial del siglo VII. La escritura sobrepuesta es del siglo X y ofrece la traducción latina de la Historia Eclesiástica de Eusebio con la continuación de Rufino.
  • 4. Códice núm. 22. Códice misceláneo. Escrito en minúscula visigoda el año 839. Contiene el texto único que se conoce (y probablemente original) del Concilio celebrado en Córdoba el 839, el epistolario de San Braulio, las actas del proceso de los Obispos Marciano y Habencio en el sínodo VI de Toledo, y la redacción primitiva del tratado De uiris illustribus, de San Isidoro.
  • 5. Códice núm. 25. Libro de las estampas. Contiene las copias de los testamentos de varios Reyes de León a favor de la Catedral. Pero su característica está en la colección de los retratos de los reyes Ordoño II, Ordoño III, Ramiro III, Bermudo II, Femando I, Alfonso V, Alfonso VI y la condesa Sancha. Son pinturas en colores, de 110 x 70 milímetros, con carácter en parte griego, en parte romano y en parte bizantino. La transcripción es de fines del siglo XII.
  • 6. (Códices núms. 43, 44, 45, 46, 47, 48, 49). misal leonés. Pertenece al siglo XV; su escritura es preciosa, y más aún sus iniciales miniadas, ejecutadas con oro, púrpura y otros colores.

Pergaminos

Además de los Códices, el Archivo guarda un fondo documental de pergaminos, valiosísimo por su calidad y número (sobrepasa los 1800) y otros muchos fondos. He aquí relación de algunos:

(Ms. 1) Diploma del Rey Silo: Fechado en el año 775, es el documento más antiguo del reino de Asturias y el más antiguo conocido en España.

(Ms. 25,27,30). Pergaminos donde se contiene el texto de las paces concertadas entre Alfonso VII de Castilla y Alfonso IX de León y las de éste con el Rey de Portugal y Fernando III de Castilla.

(Ms. 852). El pergamino conocido con el nombre de "Documento de los kesos", que perteneció un tiempo al Monasterio de San Justo y Pastor. Su interés estriba en que en el dorso hay una Nodicia de Kesos, etc., en romance, que por la paleografía parece ser de la misma época que la escritura de la cara principal, es decir, del año 959. Según esto, sería la mencionada Nodicia el documento también más antiguo de cuantos hay memoria en lengua romance.

(Ms. 997) Un privilegio de Alfonso VI al Obispo y Canónigos de Santa María (Iglesia Catedral de León), del año 1098, del que pende el sello de cera más antiguo de los que se conocen.

Además de eso también hay:

C) Sellos rodados, de cera y de plomo, de gran interés para la sigilografía.

D) Libros de cuentas y una colección de Actas Capitulares, desde últimos del siglo XIV hasta el presente.

E) Archivo musical.

F) Libros litúrgicos y Cantorales.

G) Planos de la Restauración de la Catedral y bocetos de vidrieras.

Notas

  1. En el siglo XV se difundió un adagio ensalzando las cuatro catedrales españolas que se consideraban con más grandeza, que dice: Sancta Ovetensis, pulchra Leonina, dives Toledana, fortis Salmantina.

Bibliografía

  • Juan Eloy Díaz-Jiménez, Catedral de León. El retablo. Madrid, Tipografía de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1907.
  • Inventa Multimedia, La Catedral de León. Exposición: El sueño de la razón.. Avilés, Inventa multimedia, S.L., 2001. web del proyecto




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