Gimnasio en Losone
El gimnasio construido en Losone entre 1990 y 1997 fue proyectado por Livio Vacchini para uso militar y civil. Inicialmente, el programa de competición requería la construcción de una sala de tres campos, reservada únicamente para la actividad deportiva de la empresa militar. Dado el gran espacio disponible, Vacchini pensó que el nuevo edificio podría adquirir un carácter público, situándose como un "elemento ordenador del contexto urbano y un punto de referencia en el territorio".
El edificio no revela, a primera vista, ni su vocación ni su función. Se erige como un bloque imponente e inaccesible, sobre una plataforma colocada sobre un extenso espacio verde. No se ve ninguna entrada en la planta baja. La densa cortina de hormigón que se repite en las cuatro fachadas y la ubicación dentro del complejo militar del cuartel nos llevan a atribuir un significado defensivo y de máxima protección a este insólito y aparentemente impenetrable artefacto.
La luz natural penetra en el interior por aberturas de altura completa que son las máximas permitidas por la estática. Entre el interior y el exterior solo hay una pared totalmente acristalada, que no toca la estructura circundante sino que la define. La gigantesca losa del techo, que aparece inscrita en la corona perimetral de los pilares, se percibe como una cuchilla suspendida sobre el vasto espacio del gimnasio. Los paneles que cierran a ras de los artesonados adquieren el color del suelo y reflejan de forma velada el diafragma interior de vidrio que parece elevarse hacia arriba indefinidamente. Como en una composición musical, la cadencia rítmica y constante de sólidos y vacíos se adueña de la luz y la variedad del entorno y crea situaciones en constante cambio: "quietud, repetición, el número por un lado", subraya Vacchini, "El variabilidad y no mensurabilidad de la naturaleza por otro lado, diálogo con efectos sorprendentes ”.
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