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Iglesia y convento de los padres Carmelitas Descalzos.Stella Maris
El edificio está situado en un barrio popular de Málaga, en una zona consolidada de manzanas cerradas y cercana al puerto. La parcela donde se ubica es rectangular, de 35 metros por 14, tres de sus lados de fachada dan a la calle y el cuarto lado, de 35 metros, es colindante a edificios de viviendas. La fachada principal, que mide 14 metros, se abre al Paseo de la Alameda Principal, paseo ancho con gran cantidad de arbolado. Las otras dos fachadas dan a dos calles estrechas de apenas 8 metros.
Este edificio es uno de los máximos exponentes de la arquitectura racionalista de los años sesenta. Trata de enclavar en el tejido urbano un edificio eclesial, siguiendo la tradición española, opuesta a la francesa que se decantaba por presentarlos exentos.
El programa del edificio consta, en primer lugar, de la planta baja de la nave de la Iglesia. A la misma se accede desde el paseo de la alameda, por unas escalinatas a modo de atrio o pronaos, que la elevan respecto a la misma metro y medio. La nave de la iglesia es diáfana, alcanzando una altura de doce metros. Destaca la sección transversal, que es casi cuadrada, siendo su anchura igual que la altura. El presbiterio se encuentra elevado un metro y medio sobre la nave. Es necesario destacar el juego de luces y sombras que magistralmente se crea en el interior de la Iglesia, formado por unas asimétricas y rítmicas vidrieras verticales, y una luz cenital que baña todo el muro de caravista, cerrando el presbiterio. Encima del atrio se encuentra la galería, la tribuna y el coro.
En segundo lugar, sobre la Iglesia, se encuentra el convento al cual se llega por un núcleo de escaleras a la izquierda de la entrada principal.
El convento está materializado en tres niveles. El primero, que se encuentra sobre la iglesia, está formado por las dependencias comunes (sala capitular, refectorio, biblioteca, despachos...). Sobre este y comunicado por una escalera diferente, se encuentra el claustro, que hace las veces de terraza. Sobre este claustro, y bajo la cubierta a 4 aguas, están ubicadas las celdas, que integrarían el tercer nivel.
La estructura del conjunto es metálica para conferir a la nave de la iglesia un espacio diáfano. La fachada en su conjunto es de ladrillo caravista, a excepción de un zócalo de mortero de cemento. La fachada esta dividida por los soportes metálicos, que se aprovechan como ventanales, introduciendo la luz al interior de la nave de forma asimétrica.
La solución del claustro es lo más original del convento, siendo un espacio diáfano apenas interrumpido por unos pilares muy ligeros de hierro, que soportan las celdas. Estas ocupan los dos tercios centrales del techo del claustro, estando los laterales abiertos superiormente, lo que le provoca una iluminación cenital de este espacio tan particular.
La fachada está constituida por un muro liso de cara-vista, roto por unos lucernarios verticales que, con un ejercicio de diseño, convierte el soporte en tres pilares separados entre sí 40 centímetros, siendo esta separación unas vidrieras por la entrada de la luz. Creando exteriormente un ritmo que rompe la continuidad de la fachada.
En resumen, este edificio puede ilustrar la maestría del arquitecto a la hora de diseñar un proyecto enclavado en un área urbana, mimetizándolo con el entorno. Transformando un programa tradicionalmente horizontal a uno vertical. Sin perder la esencia de cada uno de sus componentes. Independizando la Iglesia del convento. Aislando las celdas del resto de las dependencias, creando un claustro con zonas cubiertas y abiertas, y a la vez íntimo.
Planos
Otras imágenes
Situación
Referencias
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