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Diferencia entre revisiones de «Monumento a los caídos en campos nazis»
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La estructura, formada por tubos metálicos soldados y pintada de blanco, dibuja una cuadrícula tridimensional de 212 centímetros de lado que nace de la intersección entre la figura de un cubo y una cruz griega. | La estructura, formada por tubos metálicos soldados y pintada de blanco, dibuja una cuadrícula tridimensional de 212 centímetros de lado que nace de la intersección entre la figura de un cubo y una cruz griega. | ||
La jaula se apoya en voladizo sobre el basamento con forma de cruz, lo que refuerza la ligereza de la parte superior gracias a la fuerza de la piedra de Moltrasio y del marmol blanco de Candoglia. En el centro, rodeado de alambre de espinas, hay una urna que contiene tierra de Mauthausen. La regularidad de la figura se contradice con la posición asimétrica de las lápidas que llevan inscritas frases del Sermón de la Montaña, tomadas de Evangelio según San Mateo. El tema de la trama dimensional es una dedicatoria homenaje a las expresiones más nobles del [[Racionalismo]]: la jaula filiforme alude, como escribe | |||
[[Manfredo Tafuri]], a los "mitos iluministas de los años treinta" y también, en el ámbito de las artes, a los "objetos prisioneros" de Alberto Giacometti y Fausto Melotti. A través del enrejado de tubo, el monumento a los caídos se convierte así en la conmemoración de un ideal aún operante, que tiende a establecer la continuidad - un término bastante precioso para Rogers - con una cierta tradición de lo Moderno, identificable especialmente en la figura de Edoardo Persico. | |||
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Revisión del 18:50 7 may 2016
El monumento en memoria de los caídos en campos de concentración nazis proyectado en 1945 después de la forzada pausa debida al conflicto mundial, supone la vuelta al trabajo del grupo BBPR huérfano de Gian Luigi Banfi, fallecido en el campo de concentración de Gusen.
Este trabajo constituye también un episodio fundamental para la renovación del ambiente arquitectónico milanés de la postguerra, a la par del Monumento alle Fosse Ardeatine en los círculos romanos.
El monumento, de hecho, además de ser el testimonio doloroso a la pérdida de tantos amigos como Pagano, Beltrami, Giolli, Labò y Banfi, es también y sobre todo la reanudación de un discurso trágicamente interrumpido y la declaración de un renovado compromiso moral con la arquitectura.
La estructura, formada por tubos metálicos soldados y pintada de blanco, dibuja una cuadrícula tridimensional de 212 centímetros de lado que nace de la intersección entre la figura de un cubo y una cruz griega.
La jaula se apoya en voladizo sobre el basamento con forma de cruz, lo que refuerza la ligereza de la parte superior gracias a la fuerza de la piedra de Moltrasio y del marmol blanco de Candoglia. En el centro, rodeado de alambre de espinas, hay una urna que contiene tierra de Mauthausen. La regularidad de la figura se contradice con la posición asimétrica de las lápidas que llevan inscritas frases del Sermón de la Montaña, tomadas de Evangelio según San Mateo. El tema de la trama dimensional es una dedicatoria homenaje a las expresiones más nobles del Racionalismo: la jaula filiforme alude, como escribe
Manfredo Tafuri, a los "mitos iluministas de los años treinta" y también, en el ámbito de las artes, a los "objetos prisioneros" de Alberto Giacometti y Fausto Melotti. A través del enrejado de tubo, el monumento a los caídos se convierte así en la conmemoración de un ideal aún operante, que tiende a establecer la continuidad - un término bastante precioso para Rogers - con una cierta tradición de lo Moderno, identificable especialmente en la figura de Edoardo Persico.
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