Paul Verneau
Paul Verneau (s. XVIII) fue un arquitecto francés.
Clérigo prebendado de la catedral de Chartres y Responsable Canónico de la Conservación de sus Muros y Fábricas, se enroló en las hordas revolucionarias que tomaron la Bastilla en 1789.
Fue seguidor de Robespierre y apasionado admirador de su política del Terror. Utilizaba al principio de todas sus proclamas y discursos, como si se tratase de una jaculatoria, la frase de su líder: “Al pueblo hay que conducirlo con la virtud y a los enemigos del pueblo con el terror. Porque el terror sin la virtud es nefasto. Y la virtud sin el terror es impotente”.
Propuso demoler hasta los cimientos la catedral de Nôtre-Dame de París y levantar en su solar el Templo de la Verdad Científica, del que llegó a fabricar una maqueta de madera y escayola que fue expuesta en la Asamblea Nacional para el conocimiento e instrucción pública de los ciudadanos.
Las capillas de este Templo estaban dedicadas a las diferentes ciencias, tales como la Astronomía, la Física, la Medicina, las Matemáticas, la Alquimia, la Hidráulica, y otras. Cada una de estas capillas científicas se colocaba bajo la advocación de los grandes hombres que habían sido sus principales impulsores como Copérnico, Newton, Paracelso, Galileo, Harvey, etcétera.
En lugar de altares, imágenes o reliquias habría una biblioteca que reuniría todos los libros científicos correspondientes, cuidadosamente recopilados y ordenados, al alcance de aquellos ciudadanos que quisieran instruirse. Porque el Templo permanecería siempre abierto, ya que el conocimiento y el progreso no tienen descanso.
La Filosofía, considerada como la Verdad Suprema, ocuparía el lugar del presbiterio, desplazando así a la Teología, denigrada como la Falsedad Suprema. A pesar de todo, pensaba reservar la cripta para la custodia de los libros religiosos, sólo accesibles a aquellos que estuviesen capacitados para conocer las religiones sin peligro de caer en su perniciosa influencia, englobándolos dentro del estudio de las Costumbres de los Pueblos.
El Templo se construiría con un orden arquitectónico absolutamente nuevo y sería el origen del clasicismo científico. Ningún otro estilo conocido, ni los órdenes griegos y romanos, ni el egipcio, ni el gótico, ni el oriental, eran dignos de ser empleados en este edificio, ya que estaban contaminados por el uso indigno que habían hecho de ellos las distintas religiones a lo largo de la historia.
Paul Verneau fue guillotinado el día 10 de Floreal en la primavera del año III.
Referencias
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