Fray Filelfo Provençal
Fray Filelfo Provençal (s. XII) fue un arquitecto originario de la Provenza (Francia).
Compañero de San Bernardo de Claraval, mantuvo con otro monje una “disputatio” arquitectónico-teológica de la que sólo se han conservado las partes correspondientes a la “sed contra” con los argumentos de fray Filelfo, y a la “respondeo dicendum” de San Bernardo zanjando la cuestión disputada. Se ha perdido la parte inicial de la disputa, es decir, la “videtur quod” que debió ser planteada por el otro monje del que se desconoce su identidad.
Por las contestaciones de fray Filelfo parece que su replicante defendía una arquitectura rica en ornamentos y adornos dorados, tal como la que en aquellos momentos caracterizaba a los conventos e iglesias levantados por la orden cluniacense. Esta postura se apoya en la descripción que hace la Biblia del templo de Jerusalén, todo él recubierto de oro, maderas preciosas y bronce (Crónicas II, 3, 4-6; 4, 20-21). Justificaba además la costumbre de ilustrar los muros y columnas con pinturas y esculturas de escenas simbólicas y monstruos, en las palabras del evangelio de San Lucas que dice: “A vosotros se os concede el conocer los secretos del reino de Dios, pero a los otros sólo en parábolas”. Por su parte, fray Filelfo, se apoya también en la autoridad de la Biblia para mantener la postura contraria, es decir, una arquitectura sin adornos, sin riquezas de materiales ni oros, sin imágenes monstruosas, sin esculturas ni pinturas de ningún tipo. Su argumento clave lo extrae del libro del Éxodo (20, 22-26), que dice: “No hagáis junto a Mi dioses de plata ni de oro. Me levantarás un altar de tierra... en cualquier lugar en que Yo quiera hacer mi Nombre memorable vendré a ti y te bendeciré. Si me levantas altar de piedras no sea con piedras labradas, porque al trabajarlas con tus herramientas las habrás profanado”.
La disputa la salda San Bernardo que en un sermón lleno de citas teológicas y de argumentos escolásticos acaba condenando el lujo y el esplendor sensual de las iglesias e imponiendo una austeridad formal y una simplicidad absoluta que caracterizó desde ese momento las construcciones levantadas por la orden del Cister.
Referencias
Referencias e información de imágenes pulsando en ellas. |
J. Calduch Cervera: 99 ADIS: Diccionario de Arquitectos Desconocidos, Ignorados y Silenciados, Papeles de Arquitectura S.L. ISBN 978-84-86828-42-4 |