Diferencia entre revisiones de «Casa Perkins»

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La '''casa Perkins''' construida para una profesora
La '''casa Perkins''' construida para una profesora universitaria de arte en Pasadena por Richard Neutra es una recogida construcción de unos 93 m2, sobre un escueto terreno, difícil por la extrema pendiente en que se asienta en una zona ya montañosa cercana al Occidental College donde daba clases Constance Perkins.
universitaria de arte en Pasadena es una recogida construcción de unos 93 m2, sobre un escueto terreno, difícil por la extrema pendiente en que se asienta, aún más accidentado que el de la casa Hansch.  En una zona ya montañosa cercana al Occidental College donde daba clases Constance Perkins, fue elegido conjuntamente por el arquitecto y la propietaria, suponemos que Neutra de nuevo picado por el tipo de encargo; el emplazamiento es en este caso bastante más urbano o al menos en un entorno más construido. El programa es mínimo, de hecho en un principio no contaba ni con dormitorio, pues Mrs. Perkins pensaba dormir en el propio estudio, rodeada de su trabajo, y consiste en una cocina, baño y un estar con una zona de trabajo divisible. Y el máximo posible de espacio exterior.


El reducido presupuesto y las necesidades de la profesora, que deseaba un espacio amplio para recibir a alumnos y un lugar donde trabajar que fuese flexible y desde donde pudiese contemplar la naturaleza fueron determinantes en la configuración de la planta, como se aprecia en el consabido cuestionario al que Neutra sometía a sus clientes; pero no menos determinante la voluntad de Neutra de construir una especie de "experimento" mínimo de sus hábitos psicológicamente sanos (hubo incluso contactos para incluirla en el programa CSH). Las vistas, con las montañas de San Gabriel divisándose en la lontananza, eran prioritarias; pero era necesario también un gran esfuerzo que uniese las grandes superficies de vidrio y la posibilidad de las vistas con una cierta intimidad dado lo expuesto del sitio. En una reciente visita, la casa apenas se adivina entre la exuberante vegetación de no ser por el plano de la cubierta del garaje y de la casa: el contraste con las fotografías originales realizadas nada más terminar la obra, que muestran un monte pelado y agreste, no puede ser más expresivo del activo papel que toma la naturaleza en la creación de la casa; podemos seguirlo a través de algunas fotografías tomadas por la propia Constance Perkins a lo largo de los años hasta el estado tropical en que se encuentra hoy y asombrarnos del grado de desaparición.  
El programa de la vivienda es mínimo, de hecho en un principio no contaba ni con dormitorio, pues Mrs. Perkins pensaba dormir en el propio estudio, rodeada de su trabajo, y consiste en una cocina, baño y un estar con una zona de trabajo divisible.
 
Construida en 1952, el reducido presupuesto y las necesidades de la profesora, que deseaba un espacio amplio para recibir a alumnos y un lugar donde trabajar que fuese flexible y desde donde pudiese contemplar la naturaleza fueron determinantes en la configuración de la planta, así como la voluntad de Neutra de construir una especie de "experimento" mínimo de sus hábitos psicológicamente sanos (hubo incluso contactos para incluirla en el programa CSH). Las vistas, con las montañas de San Gabriel divisándose en la lontananza, eran prioritarias; pero era necesario también un gran esfuerzo que uniese las grandes superficies de vidrio y la posibilidad de las vistas con una cierta intimidad dado lo expuesto del sitio. En una reciente visita, la casa apenas se adivina entre la exuberante vegetación de no ser por el plano de la cubierta del garaje y de la casa: el contraste con las fotografías originales realizadas nada más terminar la obra, que muestran un monte pelado y agreste, no puede ser más expresivo del activo papel que toma la naturaleza en la creación de la casa; podemos seguirlo a través de algunas fotografías tomadas por la propia Constance Perkins a lo largo de los años hasta el estado tropical en que se encuentra hoy y asombrarnos del grado de desaparición.  


La decisión primera de Neutra consiste en establecer dos planos horizontales entre los que se articula el objeto, dos planos que constituyen sus límites. El primero, extremadamente delgado, alberga el carport al nivel de la calle. El segundo es un plano en forma de L, sostenido por tres líneas de estructura (de madera roja), que se entiende como una plataforma flotando sobre la escarpada ladera. En la articulación de ambos, una escalera en madera, muy ligera, nos lleva al segundo nivel, donde se produce la entrada. Un plano vertical también en forma de L marca el punto de acceso, como es habitual en Neutra y veíamos en la casa Hansch. Nos dirige a él y nos permite entender la cubierta que lo corta como un plano en levitación. Al subir las escaleras, un vidrio opaco nos obliga a girar hacia la entrada, y separa y protege la intimidad de la terraza de madera que se encuentra detrás. Un tercer plano horizontal lo compone el propio terreno, una meseta preparada para contener la casa, que semeja ocurrir debajo de la cubierta cerrada por un simple envoltorio en un terreno, en una cierta ruina, y que prolongándose en la cubierta del garaje es en realidad el mismo plano. Esto se refuerza por la existencia de un reflecting pool de formas orgánicas, un pequeño estanque ondulado y de aspecto surreal que se introduce por debajo no sólo de la cubierta sino en el interior de la casa bajo el plano de vidrio del cerramiento, como si ya existiera de antes, reliquia de un lugar previo o juego del subconsciente. A su vez un soporte a modo de arbotante se asoma y prolongándose hacia la naturaleza se apoya en el estanque. Una extensión de grava fina blanca, que también fluye de exterior a interior o viceversa acompaña en su movimiento blando al agua. Recorrámosla con la vista, pues no podemos atravesar físicamente el cristal. Al interior el pavimento es de corcho, al exterior una especie tapizante aporta una textura densa en el breve claro que se abre, circundado por un intenso follaje que parece oprimir la construcción. Y ai mismo tiempo el pavimento de tablas de madera de la terraza adyacente se extiende ligeramente en algunas de ellas, como si en una excavación arqueológica hubiéramos limpiado una parte, desenterrado algo semioculto. Por encima el plano terso y uniforme de la cubierta fluye con gravedad. Ya que la terraza se prolonga convirtiéndose en la cubierta del garaje, separada por una jardinera lineal de madera, se extiende a nuestros pies el plano de grava que nos sirve como apoyo horizontal al mirar hacia el horizonte. De todo ello comprobamos cómo los diferentes niveles horizontales se disponen, carácter de flotación del espacio frente o sobre el terreno.  
La decisión primera de Neutra consiste en establecer dos planos horizontales entre los que se articula el objeto, dos planos que constituyen sus límites. El primero, extremadamente delgado, alberga el carport al nivel de la calle. El segundo es un plano en forma de L, sostenido por tres líneas de estructura (de madera roja), que se entiende como una plataforma flotando sobre la escarpada ladera. En la articulación de ambos, una escalera en madera, muy ligera, nos lleva al segundo nivel, donde se produce la entrada. Un plano vertical también en forma de L marca el punto de acceso, como es habitual en Neutra y veíamos en la casa Hansch. Nos dirige a él y nos permite entender la cubierta que lo corta como un plano en levitación. Al subir las escaleras, un vidrio opaco nos obliga a girar hacia la entrada, y separa y protege la intimidad de la terraza de madera que se encuentra detrás. Un tercer plano horizontal lo compone el propio terreno, una meseta preparada para contener la casa, que semeja ocurrir debajo de la cubierta cerrada por un simple envoltorio en un terreno, en una cierta ruina, y que prolongándose en la cubierta del garaje es en realidad el mismo plano. Esto se refuerza por la existencia de un reflecting pool de formas orgánicas, un pequeño estanque ondulado y de aspecto surreal que se introduce por debajo no sólo de la cubierta sino en el interior de la casa bajo el plano de vidrio del cerramiento, como si ya existiera de antes, reliquia de un lugar previo o juego del subconsciente. A su vez un soporte a modo de arbotante se asoma y prolongándose hacia la naturaleza se apoya en el estanque. Una extensión de grava fina blanca, que también fluye de exterior a interior o viceversa acompaña en su movimiento blando al agua. Recorrámosla con la vista, pues no podemos atravesar físicamente el cristal. Al interior el pavimento es de corcho, al exterior una especie tapizante aporta una textura densa en el breve claro que se abre, circundado por un intenso follaje que parece oprimir la construcción. Y ai mismo tiempo el pavimento de tablas de madera de la terraza adyacente se extiende ligeramente en algunas de ellas, como si en una excavación arqueológica hubiéramos limpiado una parte, desenterrado algo semioculto. Por encima el plano terso y uniforme de la cubierta fluye con gravedad. Ya que la terraza se prolonga convirtiéndose en la cubierta del garaje, separada por una jardinera lineal de madera, se extiende a nuestros pies el plano de grava que nos sirve como apoyo horizontal al mirar hacia el horizonte. De todo ello comprobamos cómo los diferentes niveles horizontales se disponen, carácter de flotación del espacio frente o sobre el terreno.  
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