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Diferencia entre revisiones de «Carta de Atenas de 1933 del CIAM»

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64. Las zonas verdes deben aislar, en principio, los cauces de gran circulación.
64. Las zonas verdes deben aislar, en principio, los cauces de gran circulación.
===Patrimonio histórico de las ciudades.===
65. Los valores arquitectónicos deben ser salvaguardados (edificios aislados o conjuntos urbanos).
66. Los testimonios del pasado serán salvaguardados si son expresión de una cultura anterior y si responden a un interés general...
69. La destrucción de tugurios en los alrededores de los monumentos históricos dará ocasión a la creación de superficies verdes.
70. La utilización de los estilos del pasado, con pretextos estéticos en las nuevas construcciones alzadas en las zonas históricas tiene consecuencias nefastas. El mantenimiento de semejantes usos o la introducción de tales iniciativas no será tolerado en forma alguna.


[[Categoría:Historia del urbanismo]]
[[Categoría:Historia del urbanismo]]

Revisión del 10:48 13 abr 2019

La Carta de Atenas es un manifiesto urbanístico redactado en el IV Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (CIAM) celebrado a bordo del Patris II en 1933 en la ruta Marsella-Atenas-Marsella (el congreso no había podido celebrarse en Moscú por problemas con los organizadores soviéticos). Publicado recién en 1942 por Le Corbusier.

La Carta de Atenas apuesta por una separación funcional de los lugares de residencia, ocio y trabajo poniendo en entredicho el carácter y la densidad de la ciudad tradicional. En este tratado se propone la colocación de los edificios en amplia zonas verdes poco densas. Estos preceptos tuvieron una gran influencia en el desarrollo de las ciudades europeas tras la Segunda Guerra Mundial.

Las conclusiones fundamentales de la vivienda fueron:

  • La vivienda debe tener primacía sobre el resto de usos.
  • En la situación de la residencia se buscará la higiene.
  • La relación vivienda/superficie la determinan las características del terreno en función del soleamiento.
  • Se debe prohibir la disposición de viviendas a lo largo de vías de comunicación.
  • La solución son las viviendas en altura situadas a una distancia entre ellas que permite la construcción de grandes superficies verdes (tapiz verde).

Carta de Atenas[editar]

La ciudad y su región.[editar]

1. La ciudad no es más que una parte del conjunto económico, social y político que constituye la región.

2. Yuxtapuestos a lo económico, a lo social y a lo político, los valores de orden psicológico y fisiológico ligados a la persona humana introducen en el debate preocupaciones de orden individual y de orden colectivo. La vida solamente se despliega en la medida en que concuerdan los dos principios contradictorios que rigen la personalidad humana: el individual y el colectivo.

3. Estas constantes psicológicas y biológicas experimentarán la influencia del medio: situación geográfica y topográfica, situación económica, y situación política. En primer lugar, la situación geográfica y topográfica, la índole de los elementos, agua y tierra, la naturaleza, el suelo, el clima...

4. En segundo lugar, la situación económica. Los recursos de la región, contactos naturales o artificiales con el exterior...

5. En tercer lugar, la situación política; sistema administrativo.

6. Ciertas circunstancias particulares han determinado los caracteres de la ciudad a lo largo de la historia: la defensa militar, los descubrimientos científicos, las sucesivas administraciones, el desarrollo progresivo de las comunicaciones y de los medios de transporte (rutas terrestres, fluviales o marítimas, ferrocarriles y rutas aéreas).

7. Las razones que presiden el desarrollo de las ciudades están, pues, sometidas a cambios continuos.

8. El advenimiento de la era del maquinismo ha provocado inmensas perturbaciones en el comportamiento de los hombres, en su distribución sobre la tierra y en sus actividades mismas; movimiento irrefrenado de concentración en las ciudades al amparo de las velocidades mecánicas; evolución brutal y universal sin precedentes en la historia. El caos ha hecho su entrada en las ciudades.

Estado actual de las ciudades. Críticas y remedios.[editar]

9. En el interior del núcleo histórico de las ciudades, así como en determinadas zonas de expansión industrial del siglo XIX, la población es demasiado densa (se llega a sumar hasta mil e incluso mil quinientos habitantes por hectárea).

10. En los sectores urbanos congestionados, las condiciones de habitabilidad son nefastas por falta de espacio suficiente para el alojamiento, por falta de superficies verdes disponibles y, finalmente, por falta de cuidados de mantenimiento para las edificaciones (explotación basada en la especulación). Estado de cosas agravado todavía más por la presencia de una población con nivel de vida muy bajo, incapaz de adoptar por sí misma medidas defensivas (la mortalidad llega a alcanzar el veinte por ciento).

11. El crecimiento de la ciudad devora progresivamente las superficies verdes, limítrofes de sus sucesivas periferias. Este alejamiento cada vez mayor de los elementos naturales aumenta en igual medida el desorden de la higiene.

12. Las construcciones destinadas a vivientes se hallan repartidas por la superficie de la ciudad, en contradicción con las necesidades de la higiene.

13. Los barrios más densos se hallan en las zonas menos favorecidas (vertientes mal orientadas, sectores invadidos por neblinas o gases industriales, accesibles a las inundaciones, etc.).

14. Las construcciones aireadas (viviendas acomodadas) ocupan las zonas favorecidas, al abrigo de vientos hostiles, con vistas seguras y graciosos desahogos sobre perspectivas paisajistas: lago, mar, montes, etc., y con abundante exposición al sol.

15. Esta distribución parcial de la vivienda está sancionada por el uso y por unas disposiciones municipales que se consideran justificadas: zonificación.

16. Las construcciones levantadas a lo largo de las vías de comunicación y en las proximidades de los cruces son perjudiciales para la habitabilidad: ruidos, polvo y gases nocivos.

19. Las escuelas, en particular, se hallan frecuentemente situadas en vías de circulación y demasiado alejadas de las viviendas.

20. Los suburbios se ordenan sin plan alguno y sin vinculación normal con la ciudad.

21. Se ha tratado de incorporar los suburbios en el ámbito administrativo.

22. A menudo los suburbios no son más que una aglomeración de barracas donde la indispensable viabilidad resulta difícilmente rentable.

23. En lo sucesivo, los barrios de viviendas deben ocupar los mejores emplazamientos en el espacio urbano, aprovechando la topografía, teniendo en cuenta el clima y disponiendo de la insolación más favorable y de los espacios verdes oportunos.

24. La determinación de las zonas de habitación debe estar dictada por razones de higiene.

34. Los terrenos que podrían ser destinados a las horas libres semanales se hallan a menudo mal comunicados con la ciudad.

35. En lo sucesivo, todo barrio residencial debe contar con la superficie verde necesaria para la ordenación racional de los juegos y deportes de los niños, de los adolescentes y de los adultos.

36. Los islotes insalubres deben ser demolidos y sustituidos por superficies verdes: con ello, los barrios limítrofes resultarán saneados.

37. Las nuevas superficies verdes deben asignarse a fines claramente definidos: deben contener parques infantiles, escuelas, centros juveniles o construcciones de uso comunitario, vinculado íntimamente a la vivienda.

38. Las horas libres semanales deben pasarse en lugares favorablemente preparados: parques, bosques, terrenos deportivos, estadios, playas, etc.

40. Deben estimarse los elementos existentes: ríos, bosques, colinas, montañas, valles, lago, mar, etc.

44. Debido a la falta de todo programa -crecimiento incontrolado de las ciudades, ausencia de previsiones, especulación del suelo, etcétera-, la industria se instala al azar, sin obedecer a regla alguna.

47. Los sectores industriales deben ser independientes de los sectores de habitación; unos y otros deben estar separados por una zona verde.

53. Las dimensiones de las calles, inadecuadas para el futuro, se oponen a la utilización den las nuevas velocidades mecánicas y a la expansión regular de la ciudad.

62. El peatón debe poder seguir caminos distintos a los del automóvil.

64. Las zonas verdes deben aislar, en principio, los cauces de gran circulación.

Patrimonio histórico de las ciudades.[editar]

65. Los valores arquitectónicos deben ser salvaguardados (edificios aislados o conjuntos urbanos).

66. Los testimonios del pasado serán salvaguardados si son expresión de una cultura anterior y si responden a un interés general...

69. La destrucción de tugurios en los alrededores de los monumentos históricos dará ocasión a la creación de superficies verdes.

70. La utilización de los estilos del pasado, con pretextos estéticos en las nuevas construcciones alzadas en las zonas históricas tiene consecuencias nefastas. El mantenimiento de semejantes usos o la introducción de tales iniciativas no será tolerado en forma alguna.

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