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En el periodo entre los siglos IX y XII la abadía desempeñó un gran papel en el Languedoc, convirtiéndose en su capital espiritual. En el siglo XII dominaba extensos territorios, las Diócesis de [[Tolosa]], [[Béziers]] y el [[Condado de Urgel]]. Estaba en continuas disputas por unas fructíferas [[mina]]s con los Señores occitanos del [[castillo de Termes]]. | En el periodo entre los siglos IX y XII la abadía desempeñó un gran papel en el Languedoc, convirtiéndose en su capital espiritual. En el siglo XII dominaba extensos territorios, las Diócesis de [[Tolosa]], [[Béziers]] y el [[Condado de Urgel]]. Estaba en continuas disputas por unas fructíferas [[mina]]s con los Señores occitanos del [[castillo de Termes]]. | ||
Durante las etapas agitadas de los siglos XIII, XIV y XV, con la peste, la [[Cruzada albigense]] y la | Durante las etapas agitadas de los siglos XIII, XIV y XV, con la peste, la [[Cruzada albigense]] y la Guerra de los Cien Años, experimentó un fuerte declive. Durante este periodo de tiempo es reforzada y fortificada. Un siglo más tarde, Philippe de Lévis, obispo de [[Mirepoix]], inicia la construcción de un gran campanario inacabado. | ||
Al afiliarse a la orden de San Mauro en el siglo XVII, experimenta un nuevo impulso tanto espiritual como material; ya en el siglo XVIII, el obispo de Carcasona, Armand Bazin de Bezons, se convierte en el penúltimo abad de Lagrasse. Bajo su mandato se renuevan y construyen nuevas dependencias monásticas, un patio de honor, un edificio de celdas monásticas y un claustro de estilo clásico. Esta obra ofrece a Lagrasse la originalidad de ser hoy una de las raras abadías de la región que yuxtaponen en armonía edificaciones medievales y neoclásicas. | Al afiliarse a la orden de San Mauro en el siglo XVII, experimenta un nuevo impulso tanto espiritual como material; ya en el siglo XVIII, el obispo de Carcasona, Armand Bazin de Bezons, se convierte en el penúltimo abad de Lagrasse. Bajo su mandato se renuevan y construyen nuevas dependencias monásticas, un patio de honor, un edificio de celdas monásticas y un claustro de estilo clásico. Esta obra ofrece a Lagrasse la originalidad de ser hoy una de las raras abadías de la región que yuxtaponen en armonía edificaciones medievales y neoclásicas. | ||