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Diferencia entre revisiones de «Antigua Catedral de Santa María de Segovia»

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{{Cita|Su tamaño, el fuerte campanario y, sobre todo, su situación frente al castillo, traen a la memoria la catedral de Zamora, si bien con la diferencia del reducido solar sobre el que se asentaban la catedral y el Alcázar en Segovia, frente a la holgura de la que disfrutan el castillo y catedral zamoranos, que permiten la existencia de un espacio entre ellos por razones estratégicas.}}
{{Cita|Su tamaño, el fuerte campanario y, sobre todo, su situación frente al castillo, traen a la memoria la catedral de Zamora, si bien con la diferencia del reducido solar sobre el que se asentaban la catedral y el Alcázar en Segovia, frente a la holgura de la que disfrutan el castillo y catedral zamoranos, que permiten la existencia de un espacio entre ellos por razones estratégicas.}}


Enrique IV fue el monarca castellano más vinculado a la ciudad, y pronto se dio cuenta del peligro que suponía que el poder civil y religioso tuvieran una vecindad tan inmediata, y ofreció 16 millones de maravedís por trasladar la catedral a la Plaza de San Miguel, argumentando que además, de esta forma, la catedral sería mas suntuosa y estaría en mejor lugar. A pesar de que los canónigos le daban la razón y decían apoyar la iniciativa tomada por el rey, el cabildo de la ciudad se lo denegó, a lo que el rey manifestó: "''Uno a uno os encomiendo a Dios, juntos os doy al diablo''".
Enrique IV fue el monarca castellano más vinculado a la ciudad, y pronto se dio cuenta del peligro que suponía que el poder civil y religioso tuvieran una vecindad tan inmediata, y ofreció 16 millones de maravedís por trasladar la catedral a la Plaza de San Miguel, argumentando que además, de esta forma, la catedral sería más suntuosa y estaría en mejor lugar. A pesar de que los canónigos le daban la razón y decían apoyar la iniciativa tomada por el rey, el cabildo de la ciudad se lo denegó, a lo que el rey manifestó: "''Uno a uno os encomiendo a Dios, juntos os doy al diablo''".
Una vez que sus intentos de trasladar la catedral fracasaron, procuró embellecerla, poniéndola a la altura y esplendor de su Corte; dotó la capilla de San Frutos con cuatro capellanías, mandó pintar la capilla mayor; blanquear, enlucir y enlosar toda la iglesia, así como también pagó el órgano y entregó diversas joyas.
Una vez que sus intentos de trasladar la catedral fracasaron, procuró embellecerla, poniéndola a la altura y esplendor de su Corte; dotó la capilla de San Frutos con cuatro capellanías, mandó pintar la capilla mayor; blanquear, enlucir y enlosar toda la iglesia, así como también pagó el órgano y entregó diversas joyas.


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