Diferencia entre revisiones de «Arquitectura futurista»

sin resumen de edición
Sin resumen de edición
Sin resumen de edición
Línea 18: Línea 18:
El 11 de julio 1914 Antonio Sant'Elia firma el [[Manifiesto de la Arquitectura Futurista]]. En este manifiesto se repiten las ideas y las imágenes de la ciudad futurista presentada en la exposición colectiva del grupo "Nuove Tendenze", celebrada en Milán. La nueva ciudad teorizado por Sant'Elia se estructura de acuerdo a las hipotéticas exigencias de una vida futura, con edificios servidos por haces de ascensores e interconectados por estructuras viarias de varias plantas. La intención era dotar al hombre de una arquitectura como expresión del mundo del espíritu. El manifiesto denunciaba también  la situación contemporánea de la arquitectura italiana, caracterizada, según Sant'Elia, de una alegre ensalada de columnas ojivales, folíolos seiscentistas, arcos de estilo gótico, pilastras egipcias, volutas rococó, querubines cuatrocentistas y cariátides hinchada. Sant'Elia plantea como fundamento de la construcción arquitectónica el uso actual de materiales, identificando en esto las nuevas posibilidades constructivas y estéticas dictadas por la sensibilidad futurista. Se puede considerar que a partir de esa fecha se configuran dos tipos de futurismo arquitectónico muy diferentes; el milanes, más ligados a las experiencias protoracionalistas europeas, y el romano, más pictórico expresionista e interesado ​​en las artes aplicadas.
El 11 de julio 1914 Antonio Sant'Elia firma el [[Manifiesto de la Arquitectura Futurista]]. En este manifiesto se repiten las ideas y las imágenes de la ciudad futurista presentada en la exposición colectiva del grupo "Nuove Tendenze", celebrada en Milán. La nueva ciudad teorizado por Sant'Elia se estructura de acuerdo a las hipotéticas exigencias de una vida futura, con edificios servidos por haces de ascensores e interconectados por estructuras viarias de varias plantas. La intención era dotar al hombre de una arquitectura como expresión del mundo del espíritu. El manifiesto denunciaba también  la situación contemporánea de la arquitectura italiana, caracterizada, según Sant'Elia, de una alegre ensalada de columnas ojivales, folíolos seiscentistas, arcos de estilo gótico, pilastras egipcias, volutas rococó, querubines cuatrocentistas y cariátides hinchada. Sant'Elia plantea como fundamento de la construcción arquitectónica el uso actual de materiales, identificando en esto las nuevas posibilidades constructivas y estéticas dictadas por la sensibilidad futurista. Se puede considerar que a partir de esa fecha se configuran dos tipos de futurismo arquitectónico muy diferentes; el milanes, más ligados a las experiencias protoracionalistas europeas, y el romano, más pictórico expresionista e interesado ​​en las artes aplicadas.


Desde 1919 hasta 1927 (año de la constitución del "[[Gruppo Sette]]" de racionalistas), la condición de la vanguardia arquitectónica en Italia es bastante ambigua. El potente llamamiento al orden y a la estabilidad del siglo XX, tiende a considerar el futurismo como el último episodio de una experimentación que ha finalizado su función cultural. Probablemente la contribución más interesante de esos años a una arquitectura futurista es la obra del pintor Fortunato Depero, que afincado en Rovereto, influye en un grupo de racionalista italianos de esa ciudad, entre los que se encuentran [[Gino Pollini]] y [[Adalberto Libera]].
Desde 1919 hasta 1927 (año de la constitución del "[[Gruppo Sette]]" de racionalistas), la condición de la vanguardia arquitectónica en Italia es bastante ambigua. El potente llamamiento al orden y a la estabilidad del siglo XX, tiende a considerar el futurismo como el último episodio de una experimentación que ha finalizado su función cultural. El grupo futurista turinés se forma en 1923 en torno al artista Luigi Colombo (Fillìa) con el objetivo de proponer el futurismo como el arte del nuevo estado fascista.
 
Probablemente la contribución más interesante de esos años a una arquitectura futurista es la obra del pintor Fortunato Depero, que afincado en Rovereto, influye en un grupo de racionalista italianos de esa ciudad, entre los que se encuentran [[Gino Pollini]] y [[Adalberto Libera]].
La serie de pabellones de exposiciones realizados entre 1927 y 1928, que con planteamientos similares continúa hasta 1935 y que tiene como mayor referente el pabellón del libro proyectado por Depero para la editorial "Bestetti, Tuminelli e Treves", en la Bienal de Artes Decorativas de Monza de 1927, establece una "arquitectura tipográfica" que tendrá grandes influencias internacionales.
La serie de pabellones de exposiciones realizados entre 1927 y 1928, que con planteamientos similares continúa hasta 1935 y que tiene como mayor referente el pabellón del libro proyectado por Depero para la editorial "Bestetti, Tuminelli e Treves", en la Bienal de Artes Decorativas de Monza de 1927, establece una "arquitectura tipográfica" que tendrá grandes influencias internacionales.


En la primera mitad de los años treinta aparecen una serie de manifiestos, proclamas y posiciones que muestran la falta de homogeneidad futurista, como las formulaciones arquitectónicas de [[César Augusto Poggi]] y [[Guido Fiorini]]. El primero, expone sus teorías en un manifiesto titulado "[[Arquitectura futurista Poggi]]", un guión que se aleja de la línea de Boccioni, Sant'Elia y Prampolini porque conduce a la superación de algunos elementos de entrada considerados fundamentales. Se muestra contrario a los rascacielos y al uso "abusivo" del cristal proponiendo la vuelta a los desarrollos en horizontal, donde los medios de transporte del futuro solucionarán todos los problemas de comunicación; así mismo plantea construcciones antibélicas y acorazadas ante cualquier situación de peligro externo: calor, gas, terremotos...todo en base a nuevas propuestas de ciudad, considerando que las "viejas ciudades" no deben valer más que para museos. Por otro lado Fiorini se refiere a las cualidades del acero a tracción en su artículo "''La Tensistruttura grande invenzione futuristal''" (1933) que permite que las plantas de los nuevos edificios en altura se compongan de losas en voladizo soportadas por tirantes que descargan el peso en un estructura de soporte central, liberando el espacio de la base para asignarlo al tráfico vehicular y peatonal.  
En la primera mitad de los años treinta aparecen una serie de manifiestos, proclamas y posiciones que muestran la falta de homogeneidad futurista, como las formulaciones arquitectónicas de [[César Augusto Poggi]] y [[Guido Fiorini]]. El primero, expone sus teorías en un manifiesto titulado "[[Arquitectura futurista Poggi]]", un guión que se aleja de la línea de Boccioni, Sant'Elia y Prampolini porque conduce a la superación de algunos elementos de entrada considerados fundamentales. Se muestra contrario a los rascacielos y al uso "abusivo" del cristal proponiendo la vuelta a los desarrollos en horizontal, donde los medios de transporte del futuro solucionarán todos los problemas de comunicación; así mismo plantea construcciones antibélicas y acorazadas ante cualquier situación de peligro externo: calor, gas, terremotos...todo en base a nuevas propuestas de ciudad, considerando que las "viejas ciudades" no deben valer más que para museos. Por otro lado Fiorini se refiere a las cualidades del acero a tracción en su artículo "''La Tensistruttura grande invenzione futuristal''" (1933) que permite que las plantas de los nuevos edificios en altura se compongan de losas en voladizo soportadas por tirantes que descargan el peso en un estructura de soporte central, liberando el espacio de la base para asignarlo al tráfico vehicular y peatonal.  
<!--
<!--
 
 
-->
-->
==Imágenes==
==Imágenes==
Artículo procedente de Urbipedia.org. Con licencia Creative Commons CC-BY-NC-SA excepto donde se indica otro tipo de licencia.
Origen o autoría y licencia de imágenes accesible desde PDF, pulsando sobre cada imagen.
https://www.urbipedia.org/hoja/Especial:MobileDiff/374609