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Paseo Explanada de España
Al sur del casco antiguo y junto al muelle de la costa se localiza el Paseo de la Explanada en Alicante (España) construido en 1959 es obra del arquitecto Miguel López González construido. Con su característico pavimento de mosaico marmóreo, crema, negro y rojo, formando sugestivas franjas onduladas, y la distribución alineada de sus esbeltas palmeras, representa uno de los entornos urbanos más apreciados en la ciudad y también una de sus estampas más típicas y conocidas. La configuración de este espacio se vincula originalmente al proceso de reforma interior que experimentó la ciudad antigua.
En el marco de las actuaciones higienistas acometidas en el s. XIX se sitúa la ordenación de la línea de la costa realizada en 1803, que supondría en primer término el derribo de las murallas en este sector. La reforma consistió básicamente en la ampliación del puerto y la creación de una plataforma que se llamó Malecón. La trama urbana también experimentó cambios sustanciales, quedando configurado el nuevo tejido urbano de manzanas alargadas y el viario, con dos ejes importantes, la calle San Fernando y la Explanada, ambas de trazado paralelo al mar.
En la trayectoria histórica del trazado de este espacio, cabe destacar el proyecto del arquitecto alicantino redactor del Ensanche de Alicante, Guardiola Picó, que en 1867 plantea la realización de un paseo en la plataforma del Malecón. Y, aunque los proyectos de urbanización, con la incorporación de sucesivos elementos al llamado Paseo de los Mártires, fueron numerosos, (templetes de música, monumentos), sin duda, serían las intervenciones realizadas durante los años 50 las que acabaron de introducir los rasgos más peculiares a su fisonomía; destacando el pavimento que se puso, procedente de las canteras de la provincia o los parterres, siguiendo las líneas de palmeras, y el auditorio de música con forma de concha, que diseñó el propio Miguel López. Respecto a esta pieza tan sorprendente, cabe comentar que, pasado por el momento el peligro de su demolición, se encuentra en el momento de escribir estas líneas en pleno proceso de rehabilitación.
Desde el punto de vista formal y de la composición, la Explanada que tiene la condición de paseo marítimo, es lineal y está acotado por la presencia de dos plazas, la Plaza de Canalejas en su extremo Oeste y la Plaza del Mar justo en el lado contrario. En la amplia sección transversal que discurre desde el mar hasta la edificación, se distinguen dos plataformas separadas por un pequeño desnivel; en la primera más próxima al mar se suceden parterres con palmeras y tramos pavimentados, (estos últimos formando un continuo). La plataforma más próxima a la edificación y definitivamente peatonalizada responde a una urbanización más reciente, (1987), y se resuelve con un pavimento distinto, aunque también de mosaico.
Como apuntábamos en la introducción, este eje de la ciudad que representaba funcionalmente la apertura de la ciudad tradicional al mar, donde desemboca la tradicional Rambla de Méndez Núñez, se convirtió en el siglo XIX, y junto con la calle San Fernando, en uno de los entornos más valorados por la burguesía, lugar de gran actividad para el ocio y también preferido para la residencia. Aún hoy prevalece esta consideración y son numerosos los restaurantes y las cafeterías que, aprovechando la peatonalización del último tramo, extienden con amplitud sus terrazas. Otro aspecto que ha contribuyó a la revalorización residencial de este espacio fue la reconversión de las instalaciones portuarias que había junto a la Explanada en puerto deportivo.
En cuanto a las características edilicias de este entorno y, según comenta Santiago Varela en una de sus publicaciones, la fachada marítima de la Explanada se fue configurando inicialmente con una imagen unitaria de edificación ecléctica - historicista; que con el paso del tiempo y diversos motivos, (la creciente especulación del suelo o la permisividad en el número de alturas, entre otros), ha ido desvirtuándose. En cualquier caso, y como testigos del pasado, se han mantenido hasta nuestros días algunos ejemplos de esta arquitectura tan representativa, como la Casa Carbonell (1924) o La Casa Lamaignere, (1918), que se localiza a su lado, ambas de Juan Vidal Ramos.
Planos
Otras imágenes
Situación
Referencias
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