Inscríbete y crea tu propia colección de obras y artículos
Iglesia Nuestra Señora de la Luz
Entrada principal de la Iglesia, donde también se ubica la cruz exterior
En el residencial barrio de Hispanoamérica, situado al norte de Madrid, confinado por el Paseo de la Castellana (Oeste) y la M-30 (Este), se levanta el conjunto parroquial de ‘’Nuestra Señora de la Luz’’.
Ficha técnica
- Arquitecto: José Luis Fernández del Amo
- Colaboradores: José Luis Sánchez en la escultura y el sagrario
- Año de construcción: 1967
Texto
Un barrio surgido de la combinación de tres núcleos menores y que a lo largo de los años se ha ido consolidando como un barrio familiar de ambiente amable. Una suerte de Ciudad Jardín compuesta por una mezcolanza de bloques plurifamiliares y pequeños chalés que se configuran alrededor de dos marcados ejes: la Avenida de Ramón y Cajal (Este-Oeste) y la Avenida de Alfonso XIII (Norte-Sur). Bajo la sombra de uno de estos bloques y sobre la estrecha calle, el complejo se alza discretamente entre las pequeñas villas de los años 50, que completan un conjunto urbano singular, desigual en escalas y en la manera de recibirnos.
Analizando el exterior de la parroquia, nos encontramos con una marcada sobriedad, tanto en los materiales como en la volumetría. Su recogimiento de ladrillo caravista se extiende perimetralmente a lo largo del edificio. En su interior tres cuerpos bien diferenciados en forma y volumen emergen discretamente sobre el muro perimetral captando la luz natural que permite llevar a cabo sus funciones como templo, ancianato y colegio. Fernández del Amo comentaba:
‘’No hay manifestación de volumen ostensible. No hay expresión representativa de fachadas. Nada al exterior revela una morfología relevante o monumental. Las exigencias del emplazamiento lo imponían con limitaciones que hubiesen debido superarse pero, por otra parte, en estricta coherencia, los propósitos del arquitecto conducían al mismo fin’’
Fernández del Amo proyecta un edificio compacto, cerrado al exterior y ordenado alrededor de un pequeño claustro que vertebra las circulaciones. Este pequeño claustro ajardinado, donde se levanta la gran cruz, se crea como lugar de encuentro social utilizado para romper el silencioso interior. El resto del conjunto se conforma como espacio de retiro, penumbra y tranquilidad. La arista izquierda del corredor nos abre paso a la sillería que precede al altar y que es rodeada por los pórticos metálicos que ordenan el acceso. La fábrica de ladrillo exterior penetra en el interior de la sala imponiendo su estricto criterio de sobriedad material. Se rehúye de la excesiva ornamentación en las paredes centrando toda la importancia en la pared del altar donde un pequeño retranqueo en la fachada nos permite rendir culto a Cristo. Rompiendo la simetría de la capilla, se continúa la pared de ladrillo hacia el extremo opuesto donde se cuelga el gran órgano.
Toda esta sobriedad arquitectónica se rompe con la maravillosa entrada de luz cenital que sin duda alguna nos recuerda al excelente uso que hace Jorn Utzon en su proyecto de la Iglesia de Basvaerd. Este largo y esbelto edificio comparte cierta similitud con el proyecto de Fernández del Amo. Ambos se enfrentan al mundo circundante con fachadas completamente cerradas, patios configuradores de estancias, austeros espacios y un inteligente uso sobre la luz natural indirecta.
La luz es la característica más importante en la obra de Fernández del Amo, pues en ambos proyectos se aprovecha al milímetro la escasa luz natural, condicionada por el entorno urbano. Fernández de Amo pareciese invertir la cubierta con la intención de recoger luz como si fuese el agua de lluvia. La luz resbala por la superficie conformando un espacio etéreo y armónico que configura un espacio propenso a la abstracción del alma. Sobre el altar y recordándonos a los grandes bazares, se abre un hueco que ilumina la escena de manera magistral centrando toda nuestra atención en el párroco que dicta la ceremonia. Este uso de la luz junto con la austeridad material y ornamental de las fachadas y su original e inteligente falsa cubierta, completan una perfecta sincronía que hace que el observador centre toda su atención en el altar y el Cristo crucificado. Un perfecto juego entre elementos que otorgan al espacio una certera funcionalidad.
Planos
Alzado principal, plano original
Sección longitudinal de la nave, plano original
Sección transversal, plano original
Planta y secciones reelaboradas
Otras imágenes
Cruz exterior
Interior de la nave, al fondo el altar
miniaturadeimagen
Altar con luz cenital del tragaluz
Detalle de la iluminación del altar
Situación
Referencias
 Ver otros artículos desarrollados en la asignatura en: Carpeta:Artículos desarrollados en Composición Arquitectónica VI |
.jpg){kind=small} |
|
|
|
|
|
|
|
