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Fundación Querini Stampalia
La Fundación Querini Stampalia, se encuentra situada en Sestiere Castello 5252, Santa María Formosa, 30122 Venecia (Italia). La obra de restauración se ejecutó según el proyecto del arquitecto Carlo Scarpa entre 1961 y 1963.
Ficha Técnica
- Promotor: Fundación Querini Stamplalia
- Autor del proyecto: Carlo Scarpa.
- Fecha: 1961-1963
Descripción
Reseña histórica
El director de la Fundación Querini-Stampalia encargó a Scarpa la remodelación de la planta baja y del patio de este Palazzo veneciano del S XVI. Debido a los asentamientos que se habían producido en las cimentaciones, la planta baja se había vuelto inutilizable por las inundaciones periodicas de las mareas y las salas habían quedado totalmente distorsionadas tras una nefasta intervención anterior. Lo que exigía una reconstrucción rigurosa de las salas, asi como la habilitación de la planta baja del palacio.
Intervención en el edificio
El proyecto contemplaba la recuperación de la planta a nivel de calle (o de canal) en su estructura original, para su uso como espacio expositivo, la apertura de un nuevo acceso y la ordenación del pequeño jardín trasero.
Scarpa habilita la entrada al edificio, desplazada respecto del eje central, mediante un ligero puente que comunica con la pequeña plaza frente al edificio. Tras pasar un cortavientos de vidrio se llega a un vestibulo que enlaza con la extensa alfombra de marmol elevada que articula los recorridos internos y resuelve el problema de las inundaciones. Estos corredores elevados permiten asegurar un recorrido protegido de las inundaciones, a la vez que permiten el acceso a las cotas más bajas mediante accesos puntuales.
El agua entra a través de una reja por el lado dirigido hacia el canal, inundando los pequeños canales de la planta baja y convirtiendo inteligentemente el problema de las inundaciones en el tema del proyecto.
Toda la intervención es un juego entre los elementos que configuran la ciudad de Venecia: los materiales, los recorridos, la luz y el agua, todos ellos se conjugan de una manera sensible en el tratamiento de los detalles, consiguiendo de esta manera un conjunto gratamente armónico, con la impronta de Carlo Scarpa.
El proyecto se articula gracias al recorrido imaginado por Scarpa. Una doble puerta nos introduce en un circuito de elementos casi escultóricos. Desde el puente que une con la tierra firme, como la escalinata pétrea delicadamente trazada como una cascada de plataformas que se hunden en el agua y reciben a aquellos que acceden desde el camino de agua que es el canal al que el edificio da fachada.
La intervención en las distintas salas manifiesta la intención de Scarpa de utilizar los materiales de una manera exquisita, tanto en la solución de las paredes, conformadas con un aplacado de grandes piezas de mármol travertino colgadas prácticamente en el aire y enmarcadas por listones metálicos que establecen la coordinación precisa de los encuentros entre los distintos materiales empleados.
Como en los pavimentos tratados una gran esquisitez. Todo este artificio responde a la resolución del problema de patología, el que origina el aqua alta en las plantas bajas de los edificios venecianos. Estas paredes tratadas a la manera de carpinterías pétreas se conciben como sutiles mecanismos que encaucen la humedad de capilaridad mediante su ocultamiento tras esos grandes paneles de piedra colgados y que facilitan la ventilación y el secado continuo. En el lienzo vertical a la derecha se dibuja una pieza recortada en el mismo material, a la manera de lámina escultórica. Es un sutil panel puerta que permite establecer un diafragma de acceso a un espacio más íntimo para exposiciones y pequeños encuentros que, a su vez, conecta nuevamente con la escalera y el vestíbulo donde se inicia el recorrido desde el acceso a pie.
En el patio jardín, una alfombra de césped unifica los variados recorridos que bordean esos elementos arquitectónicos relacionados con el agua, un estanque lineal, una pila laberíntica que dirige el recorrido gravitatorio del agua para generar un espectáculo sonoro, una fuente que cambia el curso del desplazamiento del agua y un brocal de un pozo junto al que se sitúa el león pétreo. Finalmente en el fondo del jardín, Scarpa diseña un biombo de hormigón para generar dos estancias al aire libre. Mecanismo arquitectónico que sirve para dividir el espacio principal de la entrada secundaria, y recordarnos de esta manera sutil los laberintos de la ciudad de Venecia. .
Para concluir Carlo Scarpa consigue una vez más en este edificio, la interrelación de mecanismos sutiles que le permiten colocar cada elemento en una posición, forma y medida, derivada de una gran meditación, clave de su arquitectura.
Planos
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