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Edificio de 67 viviendas en la Interbau
La unidad de 67 viviendas diseñada por Walter Gropius en colaboración con TAC y Wils Ebert, para la Interbau de Berlín de 1957 se sitúa en la esquina sur-oeste de la actuación en Hansaviertel y al igual que el Palacio de Congresos realizado por Hugh Stubbins fue una contribución de los EE.UU. a la Exposición Internacional de Arquitectura.
Después de años en los Estados Unidos, este proyecto sanciona el regreso del arquitecto al panorama arquitectónico de la Alemania Occidental de la postguerra. Se trata de un edificio de nueve plantas ligeramente curvado, de 25 metros de altura, con una profundidad de 10 metros y una longitud de 80 m.
El lado sur se abre hacia el parque y se caracteriza por un fuerte ritmo potenciado por los parapetos de los balcones, realizadas con chapa de acero esmaltado. Aquí, cada dos plantas, se presenta una larga y sutil cornisa horizontal que marca la transición a un diverso diseño de la fachada; alternando la posición de los parapetos esmaltados de balcones y de las galerías acristaladas, se obtiene un efecto especial de tablero de ajedrez que determina un ritmo regular, movido y de claroscuro, acentuada por las alternancias de superficies marrones, rojas, blancas y vidriadas . Es la composición de esta fachada la que hizo del proyecto Gropius un ejemplo típico de finales del Racionalismo.
La parte posterior del edificio está totalmente acristalada, estructurada por una retícula ortogonal compuesta por tiras que la subdividen en varios planos horizontalmente. Esta fachada está ritmada verticalmente por cuatro bloques en torre (una de las cuales alcanza el noveno piso) que contienen las escaleras, ascensores y los conductos para la eliminación de los residuos domésticos. Las escaleras conducen a dos apartamentos cada una. Los ascensores se detienen en el entresuelo de las escaleras y cada dos pisos; por lo tanto, siempre hay que subir o bajar para acceder a las viviendas.
La planta baja es abierta y libre; aquí están los pasajes peatonales, pequeños almacenes para los inquilinos, lavanderías automáticas (ahora cerradas) y la habitación para la calefacción central (el edificio actualmente está conectado a la calefacción urbana). A pesar de estas innovaciones, la unidad de viviendas de Gropius despertó una gran controversia entre sus contemporáneos; el edificio fue considerado de un formalismo demasiado pretencioso en detrimento de la organización racional de las viviendas.
Planos
Otras imágenes
Situación
Referencias
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