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Casa Mees
La casa para la familia Mees, obra de Gerrit Rietveld construida entre 1934 y 1936 está ubicada en un solar cuadrado en esquina de 600 m2, que lindaba con una zona boscosa urbanizable situada a las afueras de La Haya. La casa se colocó en la parte trasera noreste del solar para obtener el máximo soleamiento de la casa y del jardín.
Antes de obtener el permiso de obras de la casa fueron necesarios más de un año y la presentación de varias propuestas para el proyecto. Como bastantes otras comisiones municipales de planeamiento, la de La Haya sentía poca predilección por el estilo severo de la arquitectura de Rietveld de la década de 1930. En una carta dirigida a su cliente, Rietveld señalaba que ese tipo de resistencia era, probablemente, la responsable de que se construyesen tan pocas casas agradables (“casas que irradiasen alegría de vivir”).
La casa presenta una forma cilindrica de una sola planta intersectada por un volumen prismático de dos plantas. La cubierta semicircular del volumen cilindrico forma un balcón para la planta superior. La cubierta plana de la segunda planta hace las veces de terraza.
Un volumen en cubierta (como en las casas Rietveld Schröder y Klep) permite el acceso a la misma y la entrada de luz natural en el distribuidor y la escalera, la iluminación alcanza hasta el vestíbulo de entrada. Como en muchas de las casas de Rietveld (incluyendo las últimas), el antepecho de la primera planta es de vidrio armado, mientras que el resto es una extensión en vertical de las paredes de fábrica de ladrillo inferiores. Ciertos detalles arquitectónicos ponen de manifiesto que, para Rietveld tenía mucha importancia que la imagen exterior que deseaba, y que estableció primero en bocetos y maquetas, fuese lo más explícita posible. La distribución interior de la casa no podía transmitir esa imagen. Un ejemplo llamativo es la franja de ventanas de la primera planta. En este caso, el tabique que divide los dormitorios es perpendicular a las ventanas y está rematado por un perfil de acero de la misma anchura que los montantes de las ventanas, de manera que la pared se vuelve prác ticamente invisible (al menos, su grosor) desde el exterior. Rietveld solía adoptar soluciones de este tipo: las casas de Erasmuslaan y las últimas casas de la década de 1930 tenían ventanas con marcos metálicos, como en las casas Lels y Brandt Corstius.
La estructura de la casa Mees está formada por pórticos de pilares y vigas de acero, dinteles de hormigón armado en los huecos y paredes de fábrica de ladrillo y hormigón armado en los balcones. Las fachadas están revocadas con una capa plástica tosca de cemento pintada de blanco. Los marcos de acero de puertas y ventanas están pintados de gris. Los únicos toques de color son el rojo de la puerta de entrada y el azul de las puertas del garaje. La entrada se encuentra a la izquierda, en la fachada este, debajo del voladizo de la primera planta. Esta entrada protegida es típica en las casas de Rietveld.
La planta baja está dominada por un semicírculo de 4,5 metros de radio que abarca gran parte de las fachadas sur y oeste. El espacio semicircular alberga una zona de comedor, una zona de estar y un estrado con espacio para un piano de cola. Esta es la primera vez que se utiliza un espacio abierto y único destinado a albergar distintas funciones. En proyectos anteriores, empezando por la casa Rietveld- Schroder, existía siempre la posibilidad de separar partes del espacio mediante particiones correderas o plegables. Sin embargo, en este caso se hizo un esfuerzo por diferenciar funcionalmente las distintas zonas, como, por ejemplo, una librería baja que separa el comedor y el estrado del piano. Aunque la superficie de la sala no es excesivamente grande, 41 m2, la sensación espacial conseguida gracias a la pared curva y la agradable iluminación natural es extraordinaria. Rietveld demostró aquí que era un maestro de la articulación del espacio.
En sus artículos y conferencias afirmó repetidamente que la arquitectura no debía ser únicamente percepción del espacio, sino que debía ofrecer una experiencia intensa. La agrupación y la comunicación de los espacios alrededor de la escalera de la planta baja, como en la casa Rietveld-Schröder, confiere a la distribución cierto carácter lúdico y hace que la superficie parezca más amplia de lo que es.
Una elegante escalera metálica de estilo náutico conduce al distribuidor de la planta superior, donde siete puertas bastante estrechas proporcionan acceso al baño y a los dormitorios. Es característico de las casas de Rietveld que no se utilicen nunca ventanas y puertas de dimensiones estándar. Como para él era importante que estos huecos o rectángulos guardasen proporción con las paredes donde se abrían, establecía sus dimensiones dependiendo de cada situación.
Sobre la caja de escalera, otra escalera metálica conduce al volumen vidriado de la cubierta. Los artículos de la época describen que en el interior los colores predominantes eran el blanco en las paredes, el amarillo pálido en la zona de música, y el rojo, el negro y el azul (presumiblemente en la carpintería de madera). El pavimento de magnesita del vestíbulo, con un motivo caprichoso de color azul, blanco y negro, y las puertas de madera tosca sin pintar demuestran que, tras su período de De Stijl, Rietveld ya no ocultaba con pintura la textura de los materiales, sino que la dejaba a la vista. Su mobiliario de la década de 1930 (la silla Zigzag y las cajoneras, por ejemplo) tampoco estaban pintados. Sólo había cinco sillas Zigzag alrededor de la mesa de comedor de la familia Mees, probablemente las cinco que ya poseían (la pareja tenía cuatro hijas, así que, seguramente, una de ellas se sentaría en el banco frente a la mesa).
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Situación
Referencias
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