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Casa Luque
La casa Luque construida entre 1964 y 1966, puede considerarse como una de las más logradas de José Antonio Coderch en la década de 1960, donde recupera de una forma más completa la experiencia espacial de la casa Ugalde. Esta casa está situada en Sant Cugat del Valles, justo al otro lado de la sierra que delimita la ciudad de Barcelona, en una parcela amplia que desciende suavemente en dirección noreste, hacia donde se orientan las diversas estancias y se abre la vista a un campo de golf.
A pesar de la distancia formal, el esquema básico es igual al de la casa Catasús, volviéndonos a encontrar con tres alas en T. Aparte de que la superficie y el programa son de un tamaño mayor, la diferencia respecto a la casa Catasús radica en su disposición relativa.
En este caso, para orientar del mismo modo los dormitorios y la sala gracias a los desplazamientos, se opta por que el ala transversal la ocupe el servicio. Además, como en este caso incluye la vivienda de los guardeses, esta ala puede incluso girar para crear un patio abierto alrededor de la piscina. El otro rasgo distintivo que permite incluir un patio para reconstruir la sucesión espacial de la casa Ugalde es el desencaje entre el ala de reposo y la de relación.
De nuevo la entrada se produce a través de un porche amplio y profundo (el garaje), delimitado por el dormitorio principal y las habitaciones del chófer y de los invitados. Al fondo del garaje, una gran vidriera protegida por persianas permite tener una visión lejana del paisaje, por encima de la cubierta de la sala. El vestíbulo se encuentra a un lado, negando la aparente simetría del patio e impidiendo dicha visión del paisaje. Al bajar unos escalones, nos encontramos entre dos muros y frente a la pared que cierra el comedor. No es sino tras haber entrevisto el patio, al penetrar en la zona de relación y situarnos en la sala, cuando a nuestro alrededor el espacio se abre en los cuatro sentidos ortogonales: a un lado, la terraza con la piscina; al otro, un profundo y recogido porche; delante, tras la chimenea, el paisaje; y, a nuestras espaldas, el patio, por donde entra el sol. De nuevo, la sala es un pabellón despegado del resto de la casa, y proyectado hacia el paisaje.
La zona de relación, y en general toda la casa, está resuelta con un alto grado de sutileza que se oculta tras el rigor ortogonal del trazado de la planta. Del escalonamiento cabe destacar el modo cómo se utiliza el solapamiento de los muros para separar el cerramiento de vidrio de las persianas. La disimetría del patio permite que el corredor de los dormitorios desemboque en el porche y facilite, por tanto, un acceso directo al jardín y a la sala, mientras que la zona unitaria de relación se ve cruzada por dos líneas de circulación —la primera desde el acceso al ala de reposo hasta la salida a la terraza de la piscina; y la segunda desde el patio hasta la salida al comedor exterior—, delimitando así sus cuatro ambientes principales: sala, comedor, patio y recepción.
Planos
Otras imágenes
Situación
Referencias
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