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Diferencia entre revisiones de «San Miguel de Lillo»

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La iglesia de '''San Miguel de Lillo''' fue mandada edificar hacia el 848 por el rey Ramiro I en el Monte Naranco, en los alrededores de Oviedo. Se encuentra a escasos metros de [[Santa María del Naranco]]. Formaba parte, junto con ésta, de un supuesto conjunto palatino en el que también se incluirían toda una serie de pabellones construidos en materiales perecederos y que hoy día no se conservan.  
La iglesia de '''San Miguel de Lillo''' fue mandada edificar hacia el 848 por el rey Ramiro I en el Monte Naranco, en los alrededores de Oviedo. Se encuentra a escasos metros de [[Santa María del Naranco]]. Formaba parte, junto con ésta, de un supuesto conjunto palatino en el que también se incluirían toda una serie de pabellones construidos en materiales perecederos y que hoy día no se conservan.  


La estructura original estaba compuesta por una planta rectangular de tres naves, la central más ancha y alta que las laterales, una cabecera tripartita y a los pies del templo, un vestíbulo, la tribuna real, escaleras y varias dependencias. Se especula acerca de la posible existencia de dos estructuras a los lados simulando el aspecto de transepto pero todavía no esta demostrado.


Originalmente tuvo planta basilical de tres naves, pero sólo se conserva una tercera parte de su longitud, porque durante el siglo XIII o principios del XIV se arruinó posiblemente debido a las malas condiciones del suelo. Se conserva únicamente el vestíbulo y el arranque de sus tres naves. Sobre el primero se encuentra la tribuna real, flanqueada a ambos lados por dos pequeñas estancias.
Actualmente sólo se mantiene en pie una tercera parte del edificio original porque en fechas anteriores a 1115 sufrió un derrumbamiento que acabó con su triple ábside y tres tramos de la nave. Según las crónicas, las causantes de este hecho fueron sus elevadas bóvedas y las aguas de un arroyo cercano que socavaron los cimientos.


La cubierta es abovedada, mediante un sistema complejo de [[bóveda]]s de medio cañón. Las naves están separadas por [[arcos]] que descansan en [[columna]]s, hecho inusitado por cuanto lo habitual en el [[arte asturiano]] es el uso del pilar como soporte. Estas columnas se apoyan en altas basas cuadradas que albergan decoración escultórica de arquillos que encuadran figuras.
Tras el hundimiento, el ara fue trasladada al mirador oriental de Santa María y transcurrido un periodo indeterminado de tiempo, los restos que permanecieron en pie fueron cerrados con un muro bastante chapucero de materiales reaprovechados del derrumbe y se construye una capilla rectangular con una tosca bóveda de cañón para volver a dotar al edificio de uso litúrgico.


Está realizada en su mayor parte a base de sillarejo, aunque las esquinas de los muros y los contrafuertes son de sillería. Las ventanas presentan bellas celosías talladas en piedra. La construcción resulta esbelta y muestra cierto interés de su autor por las proporciones puesto que su altura es el triple de la anchura de sus naves.
Las cubiertas de las naves que han llegado hasta nosotros adoptan una configuración peculiar. La bóveda que recubre la nave central sigue un eje oeste-este mientras que las laterales se colocan perpendiculares al mismo, es decir, de norte a sur. La gran altura a la que están dispuestas (11 metros la central y 8 las laterales) condiciona el uso de un material ligero para su construcción. Se recurre por ello a la piedra toba como ya se hizo en Santa María del Naranco.


La separación de las naves se lleva a cabo a través de gruesas columnas y no de pilares, caso insólito en la arquitectura asturiana. Sobre éstas se asientan unas arquerías de medio punto con roscas sogueadas y por encima, continúa la pared maciza hasta alcanzar la bóveda, que es reforzada con arcos fajones. Los capiteles son de forma cubicatroncocónica y las basas se caracterizan por estar decoradas con las figuras de los cuatro evangelistas y su símbolo zoomórfico.


==Decoración escultórica==
Sin lugar a dudas, uno de los elementos más complejos de la construcción es su vestíbulo, sobre el que se emplaza la tribuna real. A diferencia de los realizados en el periodo de Alfonso II, éste introduce gran parte de su volumen dentro del edificio en vez de configurarse como una estructura saliente diferenciada. Se cubre con bóveda de cañón. Las jambas de la puerta son dos grandes piezas monolíticas de piedra cuyo mayor interés reside en los relieves con los que se decoran. Son reproducciones de un díptico de marfil tardorromano datado en el 506. En él se mostraba al cónsul Areobindus inaugurando unos juegos circenses. Con seguridad el monarca poseía una copia que hoy día no se conserva. Su uso como modelo se ha interpretado como signo del poder real.
Muy destacable es la decoración escultórica en relieve; especialmente la de las jambas de la puerta de entrada, posiblemente  inspirada en un díptico consular [[bizantino]] del siglo VI, perteneciente al cónsul Areobindo, que se conserva en el Museo de [[San Petersburgo]]. Presenta escenas circenses con un saltimbanqui haciendo acrobacias y un domador de leones.
La tribuna regia evoluciona con respecto a la vista en San Julián. No se coloca en uno de los lados del transepto sino en un nivel superior al vestíbulo y centrado sobre el eje longitudinal de la nave central. Se cubre con bóveda de cañón. Tiene dos puertas con arcos de medio punto a cada lado que la comunican con las escaleras de acceso y una estancia lateral. La ventana abierta en el muro para iluminar el recinto está cubierta con una celosía, realizada en una gran losa de piedra, que presenta un calado minucioso y preciosista.


Toda la decoración escultórica en jambas, basas y [[capitel]]es denota una fuerte influencia bizantina, oriental e incluso lombarda, presentado un cierto encanto primitivista y antinaturalista.
El templo estaba decorado interiormente con pinturas al fresco. Los motivos son tanto geométricos (hexágonos y círculos, ya vistos también en Santullano) como humanos. Estos últimos revisten mayor interés porque no los volveremos a encontrar después de la etapa ramirense. Las figuras que aparecen son hieráticas, antinaturalistas y desproporcionadas. Dominan los colores rojo, amarillo y verde.


==Decoración pictórica==
Quedan restos de la decoración pictórica mural en la que podemos distinguir dos tipos. La decorativa imita a la de la época de Alfonso II visible en [[San Julián de los Prados]], pero existen otras totalmente novedosas con la figura humana como tema principal. Estas pinturas son visibles en el muro sur de la nave sur y en el muro este de la misma nave.


Fue declarada por la UNESCO [[Patrimonio de la Humanidad]] en 1985.
Fue declarada por la UNESCO [[Patrimonio de la Humanidad]] en 1985.

Revisión del 08:57 24 dic 2012

Iglesia de San Miguel de Lillo.jpg

La iglesia de San Miguel de Lillo fue mandada edificar hacia el 848 por el rey Ramiro I en el Monte Naranco, en los alrededores de Oviedo. Se encuentra a escasos metros de Santa María del Naranco. Formaba parte, junto con ésta, de un supuesto conjunto palatino en el que también se incluirían toda una serie de pabellones construidos en materiales perecederos y que hoy día no se conservan.

La estructura original estaba compuesta por una planta rectangular de tres naves, la central más ancha y alta que las laterales, una cabecera tripartita y a los pies del templo, un vestíbulo, la tribuna real, escaleras y varias dependencias. Se especula acerca de la posible existencia de dos estructuras a los lados simulando el aspecto de transepto pero todavía no esta demostrado.

Actualmente sólo se mantiene en pie una tercera parte del edificio original porque en fechas anteriores a 1115 sufrió un derrumbamiento que acabó con su triple ábside y tres tramos de la nave. Según las crónicas, las causantes de este hecho fueron sus elevadas bóvedas y las aguas de un arroyo cercano que socavaron los cimientos.

Tras el hundimiento, el ara fue trasladada al mirador oriental de Santa María y transcurrido un periodo indeterminado de tiempo, los restos que permanecieron en pie fueron cerrados con un muro bastante chapucero de materiales reaprovechados del derrumbe y se construye una capilla rectangular con una tosca bóveda de cañón para volver a dotar al edificio de uso litúrgico.

Las cubiertas de las naves que han llegado hasta nosotros adoptan una configuración peculiar. La bóveda que recubre la nave central sigue un eje oeste-este mientras que las laterales se colocan perpendiculares al mismo, es decir, de norte a sur. La gran altura a la que están dispuestas (11 metros la central y 8 las laterales) condiciona el uso de un material ligero para su construcción. Se recurre por ello a la piedra toba como ya se hizo en Santa María del Naranco.

La separación de las naves se lleva a cabo a través de gruesas columnas y no de pilares, caso insólito en la arquitectura asturiana. Sobre éstas se asientan unas arquerías de medio punto con roscas sogueadas y por encima, continúa la pared maciza hasta alcanzar la bóveda, que es reforzada con arcos fajones. Los capiteles son de forma cubicatroncocónica y las basas se caracterizan por estar decoradas con las figuras de los cuatro evangelistas y su símbolo zoomórfico.

Sin lugar a dudas, uno de los elementos más complejos de la construcción es su vestíbulo, sobre el que se emplaza la tribuna real. A diferencia de los realizados en el periodo de Alfonso II, éste introduce gran parte de su volumen dentro del edificio en vez de configurarse como una estructura saliente diferenciada. Se cubre con bóveda de cañón. Las jambas de la puerta son dos grandes piezas monolíticas de piedra cuyo mayor interés reside en los relieves con los que se decoran. Son reproducciones de un díptico de marfil tardorromano datado en el 506. En él se mostraba al cónsul Areobindus inaugurando unos juegos circenses. Con seguridad el monarca poseía una copia que hoy día no se conserva. Su uso como modelo se ha interpretado como signo del poder real. La tribuna regia evoluciona con respecto a la vista en San Julián. No se coloca en uno de los lados del transepto sino en un nivel superior al vestíbulo y centrado sobre el eje longitudinal de la nave central. Se cubre con bóveda de cañón. Tiene dos puertas con arcos de medio punto a cada lado que la comunican con las escaleras de acceso y una estancia lateral. La ventana abierta en el muro para iluminar el recinto está cubierta con una celosía, realizada en una gran losa de piedra, que presenta un calado minucioso y preciosista.

El templo estaba decorado interiormente con pinturas al fresco. Los motivos son tanto geométricos (hexágonos y círculos, ya vistos también en Santullano) como humanos. Estos últimos revisten mayor interés porque no los volveremos a encontrar después de la etapa ramirense. Las figuras que aparecen son hieráticas, antinaturalistas y desproporcionadas. Dominan los colores rojo, amarillo y verde.


Fue declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1985.

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