Diferencia entre revisiones de «Real Monasterio de la Visitación de Santa María (Orihuela)»

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El presbiterio tiene planta cuadrada y en él se sitúa el altar principal, entre cuatro columnas del mismo orden que el resto de la nave y que sustentan el mismo entablamento. Éstas guardan la misma disposición de arco de triunfo que en la fachada y llevan una pátina que imita los tonos verdes y oscuros del mármol, estando dorados sus capiteles corintios. En las calles laterales destacan las esculturas de Santiago Baglieto notable artista del siglo XIX, que trabajó en Murcia y Orihuela, San Miguel y San Rafael, sobre las que se encuentran las del escultor José María Sánchez Lozano (1904-1995), Santa Clara y San Francisco de Sales. En su origen se encontraban cuatro lienzos, en el lado del evangelio, San Antonio de Padua y El Sagrado Corazón de Jesús adorado por los Ángeles, y en el lado de la epístola San Francisco de Sales entregando las Constituciones a Santa Juana Chantal y la Visitación, titular de la Orden. A su izquierda queda el hueco que sirve de conexión con el coro de clausura, a la derecha la puerta que comunica con la sacristía. Existe otro coro que se sitúa por encima del primer tramo a los pies de la nave principal.  
El presbiterio tiene planta cuadrada y en él se sitúa el altar principal, entre cuatro columnas del mismo orden que el resto de la nave y que sustentan el mismo entablamento. Éstas guardan la misma disposición de arco de triunfo que en la fachada y llevan una pátina que imita los tonos verdes y oscuros del mármol, estando dorados sus capiteles corintios. En las calles laterales destacan las esculturas de Santiago Baglieto notable artista del siglo XIX, que trabajó en Murcia y Orihuela, San Miguel y San Rafael, sobre las que se encuentran las del escultor José María Sánchez Lozano (1904-1995), Santa Clara y San Francisco de Sales. En su origen se encontraban cuatro lienzos, en el lado del evangelio, San Antonio de Padua y El Sagrado Corazón de Jesús adorado por los Ángeles, y en el lado de la epístola San Francisco de Sales entregando las Constituciones a Santa Juana Chantal y la Visitación, titular de la Orden. A su izquierda queda el hueco que sirve de conexión con el coro de clausura, a la derecha la puerta que comunica con la sacristía. Existe otro coro que se sitúa por encima del primer tramo a los pies de la nave principal.  


La fachada de la iglesia es de composición plana. Mediante el empleo de cuatro pilastras de fuste liso de mármol rojo, apoyadas en un zócalo corrido de mármol oscuro, queda dividido el frente en tres tramos. El tramo central es más ancho, contiene el hueco de acceso rectangular, rematado mediante arco de medio punto de mármol negro, con una cornisa sostenida por dos ménsulas sobre el mismo a modo de guardapolvos y por encima una gran ventana enrejada. Los tramos laterales tienen dos hornacinas superpuestas, que se encuentran ocupadas por esculturas. A la izquierda se encuentran las imágenes de San Francisco de Sales y San Carlos Borromeo y a la derecha Santa Juana de Chantal y San Francisco de Asís. Un frontón triangular, cuyo tímpano ostenta un gran escudo nobiliario con las armas de los fundadores, de España y Portugal, corona el entablamento a modo de remate de la fachada. Por encima del frontón se encuentran dos pequeños cuerpos de campana, retirados del plano general de la fachada, con forma de pequeño templete de cuatro lados y cubiertos por un tejado a cuatro aguas de tejas vidriadas azules. Las esculturas son obra también de Santiago Baglieto. Éstas junto a las del altar mayor son las únicas de este autor que se conservan en Orihuela, ya que el resto fueron destruídas en la guerra civil de 1936. Una solución similar a su fachada es la que presentó el arquitecto Vicente Ferrer a la Academia de San Carlos en el año 1807 y que debía conocer Fray Antonio de Benimasot. Ésta parece inspirada en las portadas de iglesias como la del Redentore de Venecia de Andrea Palladio y San Andrés de Mantua de Alberti.  
La fachada de la iglesia es de composición plana. Mediante el empleo de cuatro pilastras de fuste liso de mármol rojo, apoyadas en un zócalo corrido de mármol oscuro, queda dividido el frente en tres tramos. El tramo central es más ancho, contiene el hueco de acceso rectangular, rematado mediante arco de medio punto de mármol negro, con una cornisa sostenida por dos ménsulas sobre el mismo a modo de guardapolvos y por encima una gran ventana enrejada. Los tramos laterales tienen dos hornacinas superpuestas, que se encuentran ocupadas por esculturas. A la izquierda se encuentran las imágenes de San Francisco de Sales y San Carlos Borromeo y a la derecha Santa Juana de Chantal y San Francisco de Asís. Un frontón triangular, cuyo tímpano ostenta un gran escudo nobiliario con las armas de los fundadores, de España y Portugal, corona el entablamento a modo de remate de la fachada. Por encima del frontón se encuentran dos pequeños cuerpos de campana, retirados del plano general de la fachada, con forma de pequeño templete de cuatro lados y cubiertos por un tejado a cuatro aguas de tejas vidriadas azules. Las esculturas son obra también de Santiago Baglieto. Éstas junto a las del altar mayor son las únicas de este autor que se conservan en Orihuela, ya que el resto fueron destruídas en la guerra civil de 1936. Una solución similar a su fachada es la que presentó el arquitecto Vicente Ferrer a la Academia de San Carlos en el año [[1807]] y que debía conocer Fray Antonio de Benimasot. Ésta parece inspirada en las portadas de iglesias como la del Redentore de Venecia de Andrea Palladio y San Andrés de Mantua de Alberti.  


La decoración interior corrió a cargo del más prestigioso pintor académico de la época, el valenciano Vicente López Portaña, «el más famoso y destacado pintor académico», según Vicente Aguilera Cerni y «el más representativo pintor de la época», de acuerdo con Carmen Gracia, gracias a que en este momento era pintor de cámara y se ocupaba de encargos reales, colaborando con él su hijo Luis. Los lienzos encargados respondían al programa iconográfico impuesto por la infanta Mª Francisca, exaltando el ideario de la orden franciscana junto con los santos patrones de los fundadores, San Carlos Borromeo y Santa Isabel de Portugal. José Luis Díez atribuye seis lienzos a Vicente López, cuatro a su hijo Luis, atribuyendo otro de ellos a uno de sus hijos sin concretar.  
La decoración interior corrió a cargo del más prestigioso pintor académico de la época, el valenciano Vicente López Portaña, «el más famoso y destacado pintor académico», según Vicente Aguilera Cerni y «el más representativo pintor de la época», de acuerdo con Carmen Gracia, gracias a que en este momento era pintor de cámara y se ocupaba de encargos reales, colaborando con él su hijo Luis. Los lienzos encargados respondían al programa iconográfico impuesto por la infanta Mª Francisca, exaltando el ideario de la orden franciscana junto con los santos patrones de los fundadores, San Carlos Borromeo y Santa Isabel de Portugal. José Luis Díez atribuye seis lienzos a Vicente López, cuatro a su hijo Luis, atribuyendo otro de ellos a uno de sus hijos sin concretar.  
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