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Urbanización La Rotonda
Entre la antigua carretera de acceso desde Alicante y la playa de San Juan, en una parcela de forma aproximadamente trapezoidal y en primera línea de playa, se sitúa la urbanización "la Rotonda" que Juan Guardiola Gaya proyecta en 1967. En el Plan para el primer polígono de la Playa de San Juan proyectado en 1959 por el mismo arquitecto y que sería desvirtuado posteriormente en su desarrollo, esta urbanización ocupaba el primer solar con edificación en altura, y contiguo a él, hacia el Cabo de la Huerta se situaban las edificaciones unifamiliares.
Por detrás de la urbanización se prevé el tráfico más rápido, en lo que sería la avenida principal del polígono. Esta avenida enlaza con la carretera antigua, (que discurre paralela y muy próxima a la línea de costa, conexión tradicional entre las playas y Alicante), mediante una curva a la que se adapta la parcela. De esta forma se intentaba desviar el tráfico más intenso de la playa.
El conjunto responde con cierta sensibilidad a los requerimientos del entorno, (un entorno que el plan del polígono había prefigurado), adecuando, en cada caso, la tipología de la edificación y su altura. De esta manera, se disponen: un bloque de unifamiliares adosadas de tres alturas en la fachada que se orienta hacia el Cabo de las Huertas, un bloque de unifamiliares adosadas de dos alturas y escalonadas, en la curva de la antigua carretera, un bloque lineal de planta baja y seis alturas hacia la avenida posterior que tiene un carácter más urbano, y por último, una torre de 17 plantas, en lugar de las11 que el plan contemplaba originalmente, en el borde más próximo a la playa, donde se bifurcaba la antigua carretera.
La torre tiene una planta que geométricamente deriva del cuadrado, (la superficie construida viene a ser un cuadrado mordido en sus esquinas) y se perfora en el centro para iluminar cenitalmente todos los pisos. La caja de escalera se sitúa en un lado, reduciendo la superficie de una de las cuatro viviendas de cada planta y rompiendo la virtual simetría central del edificio. Llama la atención el protagonismo de las cocinas que se hacen exteriores y equivalentes a los estares.
En el bloque de planta baja y seis alturas situado a poniente, y que se alinea con el borde más próximo a la avenida principal, dos escaleras sirven a tres viviendas por planta respectivamente. De las tres viviendas dos son pasantes y la tercera con un dormitorio menos se enfrenta a la caja de escalera y ascensores. Una de las fachadas se escalona con forma de espina de pez, mientras que la otra más lineal integra las terrazas.
En el bloque de viviendas unifamiliares situado a sur las viviendas tienen tres plantas, garaje y una banda de servicio en semisótano, una primera planta con el estar que es pasante como espacio protagonista, la segunda planta incorpora los dormitorios.
En todas las plantas se agrupan los servicios con la escalera de dos tramos en lo que equivale aproximadamente a la mitad de la superficie, y siguiendo una concepción moderna de espacios sirvientes y servidos.
En el borde norte, las viviendas unifamiliares adosadas de dos alturas se escalonan adaptándose a la curva de la carretera.
En la torre la estructura es metálica, como se aprecia en los pilares exteriores, y se alternan paños de celosía con otros de ladrillo cara vista. La carpintería es de madera.
A la altura de cada forjado sobresalen unos amplios voladizos no pisables, que le otorgan a la fachada una característica y homogénea textura.
En el bloque, (de seis alturas y planta baja), situado junto a la avenida: Los testeros son de ladrillo visto, los antepechos blancos de las terrazas se agrupan y alternan con las bandas más estrechas de celosía a las que recaen las cocinas. En la fachada delantera el cerramiento de ladrillo discurre escalonadamente dejando huecos para las ventanas. Un remate escalonado recorre el perímetro en la terraza.
En el bloque de viviendas unifamiliares de tres plantas destaca la linealidad de los antepechos blancos, que en la fachada interior se ven interrumpidas por unas escaleras exteriores que en cada vivienda comunican el esta con el jardín.
En las viviendas unifamiliares escalonadas, próximas al límite norte de la parcela, la fachada que se orienta a la carretera tiene unas franjas verticales de ladrillo que acentúan la verticalidad. Mientras que en la fachada opuesta los antepechos vuelven a acusar el ritmo horizontal.
Parece destacable en este conjunto la disposición de los volúmenes que resuelven con acierto la gradación de alturas concebida por el plan. Además la edificación se coloca en la periferia de la parcela subrayando los límites, y creando en su interior un interesante espacio ajardinado. La atención prestada al entorno enriquece la solución tanto a nivel de paisaje urbano como en lo referente a la variedad tipológica que hemos tratado de analizar.
Planos
Otras imágenes
Situación
Referencias
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