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Historia de la arquitectura

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Historia de la arquitectura

La Historia de la arquitectura es una subdivisión de la Historia del arte encargada del estudio de la evolución histórica de la arquitectura, sus principios, ideas y realizaciones. Esta disciplina, así como cualquier otra forma de conocimiento histórico, está sujeta a las limitaciones y fortalezas de la historia como ciencia: existen diversas perspectivas en relación a su estudio, la mayor parte de las cuales son occidentales.

En la mayoría de los casos -aunque no siempre- los periodos estudiados corren paralelos a los de la Historia del arte y existen momentos en que las estéticas se sobreponen o se confunden. No es de extrañar que una estética vanguardista en las artes plásticas aún no haya encontrado su representación en la arquitectura y viceversa.

Arquitectura occidental[editar]


Arquitectura prehistórica[editar]

Los grupos humanos paleolíticos eran nómadas, buena parte de los neolíticos también, o eran semisedentarios. Debieron existir, además de los refugios en cuevas, formas de protección contra la intemperie y la acción de los depredadores; es posible que fueran "construcciones" efímeras de las que no han quedado vestigios.

Neolítico[editar]

Hacia el año 10 000 a.C., aparece la cultura del Neolítico en la costa Este del Mediterráneo. Estas comunidades abandonan sus costumbres nómadas, principalmente la recolección de granos y semillas para su alimentación. Al convertirse al sedentarismo, comienzan a resolver sus principales necesidades. El surgimiento de la arquitectura está asociado a la idea de abrigo, como encontrar un lugar donde refugiarse, donde almacenar el producto de sus cosechas y un lugar para sus animales. Teóricos de la arquitectura en momentos diversos de la historia (Vitruvio en la antigüedad, Leon Battista Alberti en el Renacimiento, y Joseph Rykwert más recientemente) han evocado el mito de la cabaña primitiva. Este mito, con variantes según la fuente, postula que el ser humano recibió de los dioses la sabiduría para la construcción de su abrigo, configurado como una construcción de madera compuesta por cuatro paredes y un tejado a dos aguas.

Los habitantes del Neolítico empezaron a utilizar elementos de madera como estructura principal de sus casas, y ramas cubiertas de arcilla para las paredes. En el año 8000 a. C. La cultura del Neolítico se estableció en los territorios actuales de Siria e Irak. En el periodo comprendido del año 7000 a. C. Y 5500 a. C. Aparecieron comunidades en el sur y el centro de Europa. En el año 3500 a. C. Los Sumerios; cultura establecida en los valles del Tigris y el Éufrates, junto con las primeras precursoras de la utilización de herramientas de metal, se distinguieron por sus grandes avances sociales y culturales.

Con el paso de los siglos, estas culturas desarrollan aspectos propios de su sociedad como formas de construir sus casas, técnicas de agricultura y el desarrollo de herramientas. Precursoras más tarde de la “Edad del Bronce” (3500 a.C.), también surge la segmentación por clases sociales. Con esta nueva división de clases, surge la necesidad de construir templos, recintos funerarios para sacerdotes y reyes, estructuras ceremoniales y casas para las clases dirigentes.

Antigüedad[editar]

A medida que las comunidades humanas evolucionaban y aumentaban, presionadas por las amenazas bélicas constantes, la primera modalidad arquitectónica en desarrollarse fue esencialmente la militar. Surgen las primeras ciudades cuya configuración estaba limitada por la existencia de murallas y por la protección de amenazas exteriores.

La segunda tipología desarrollada fue la arquitectura religiosa. La humanidad se confrontaba con un mundo poblado de dioses vivos, genios y demonios: un mundo que aún no conocía ninguna objetividad científica. El modo en que los individuos lidiaban con la transformación de su ambiente inmediato estaba por entonces muy influenciado por las creencias religiosas. Muchos aspectos de la vida cotidiana estaban basados en el respeto o en la adoración a lo divino y lo sobrenatural. El poder divino, por lo tanto, era equivalente (o aún superaba) el poder secular, haciendo que los principales edificios dentro de las ciudades fueran los palacios y los templos. Esta importancia de los edificios hacía que la figura del arquitecto estuviera asociada a los sacerdotes (como en el Antiguo Egipto) o a los propios gobernantes y que la ejecución fuera acompañada por diversos rituales que simbolizaban el contacto del hombre con lo divino.

Las ciudades marcaban una interrupción de la naturaleza salvaje, eran consideradas un espacio sagrado en medio del espacio natural. De la misma forma, los templos dentro de las ciudades marcaban la vivida de los dioses en medio del ambiente humano.

Las necesidades de infraestructura de aquellas primeras ciudades también hicieron necesario el progreso técnico de las obras de ingeniería.

Divisiones[editar]


Antigüedad clásica[editar]

Templo de Hefesto en Atenas: arquitectura clásica griega

La arquitectura y el urbanismo practicados por los griegos y Romanos se distinguía claramente de la de los egipcios y babilonios en la medida en que la vida civil pasaba a tener más importancia. La ciudad se convierte en el elemento principal de la vida política y social de estos pueblos: los griegos se desarrollaron en ciudades estado y el Imperio Romano surgió de una única ciudad. El arquitecto griego Hipódamo de Mileto es considerado el primer urbanista de la historia. El ejemplo más conocido de este tipo de arquitectura corresponde a Apolodoro de Damasco.

Durante los periodos y civilizaciones anteriores, los asuntos religiosos eran ellos mismos el motivo y el mantenimiento del orden establecido; en el periodo Grecoromano el misterio religioso traspasó los límites del templo-palacio y se hizo asunto de los ciudadanos (o de la polis): surge ahí la palabra política, absolutamente relacionada a la idea de ciudad.

Mientras los pueblos anteriores desarrollaron sólo las arquitecturas militar, religiosa y residencial, los griegos y romanos fueron responsables del desarrollo de espacios propios a la manifestación ciudadana y de los quehaceres cotidianos: el ágora griega se definía como un gran espacio libre público destinado a la realización de asambleas, rodeado por templos, mercados y edificios públicos. El espacio del ágora se convirtió en un símbolo de la nueva visión de mundo, que incluía el respeto a los intereses comunes, e incentivador del debate entre ciudadanos, en lugar del antiguo orden despótico.

Los asuntos religiosos aún poseían un papel fundamental en la vida mundana, pero ahora fueron incorporados a los espacios públicos de la pólis. Los rituales populares eran realizados en espacios construidos para tal fin, en especial la acrópolis. Cada lugar poseía su propia naturaleza (Genius Locci), insertados en un mundo que convivía con el mito: los templos pasaron a ser construidos en la cima de las colinas (creando un marco visual en la ciudad baja y posibilitando un refugio a la población en tiempos de guerra) para estar más cerca de los cielos.

Divisiones[editar]


Edad Media[editar]

Espacio arquitectónico gótico

Los principales hechos que influyeron la producción arquitectónica medieval fueron el enrarecimiento de la vida en las ciudades (con la consecuente Ruralización y Feudalización de Europa) y la hegemonía en todos los órdenes de la Iglesia Católica. A medida que el poder secular se sometía al poder Papal, pasaba a ser la Iglesia la que detentaba el capital necesario para el desarrollo de las grandes obras arquitectónicas. La tecnología del periodo se desarrolló principalmente en la construcción de las catedrales, estando el conocimiento arquitectónico bajo el control de los gremios.

Durante prácticamente todo el periodo medieval, la figura del arquitecto (como creador solitario del espacio arquitectónico y de la construcción) no existe. La construcción de las catedrales, principal esfuerzo constructivo de la época, es acompañada por toda la población y se inserta en la vida de la comunidad a su alrededor. El conocimiento constructivo es guardado por los gremios, que reunían decenas de maestros y obreros (los arquitectos de hecho) que conducían la ejecución de las obras pero también las elaboraban. Es el origen de las asociaciones que terminarán conociéndose como masonería (masón = albañil).

La cristiandad definió una nueva Visión del mundo, que no sólo sometía los deseos humanos a los designios divinos, sino que esperaba que el individuo buscara lo divino. En un primer momento, y debido a las limitaciones técnicas, la concepción del espacio arquitectónico de los templos se vuelve hacia adentro, según un eje que incita al recogimiento. Más tarde, con el desarrollo de la arquitectura gótica, se busca alcanzar los cielos a través de la inducción de la perspectiva hacia lo alto.

Estilos medievales[editar]


Edad Moderna[editar]

Con el fin de la Edad Media la estructura de poder europea se modifica radicalmente. Comienzan a surgir los estados nación y, a pesar de la aún fuerte influencia de la Iglesia Católica, el poder secular vuelve al poder, especialmente con las crisis recurrentes de la Reforma protestante.

El Renacimiento abrió la Edad Moderna, rechazando la estética y cultura medieval y proponiendo una nueva posición del hombre ante el universo: el Antropocentrismo frente al Teocentrismo medieval. Antiguos tratados arquitectónicos romanos son redescubiertos por los nuevos arquitectos, influenciando profundamente la nueva arquitectura. La relativa libertad de investigación científica que se obtuvo llevó al avance de las técnicas constructivas, permitiendo nuevas experiencias y la concepción de nuevos espacios.

Algunas regiones italianas, en especial Florencia, debido al control de las rutas comerciales que llevaban a Constantinopla, se convierten en grandes potencias mundiales y es allí dónde se desarrollaron las condiciones para la creación del arte renacentista‏‎.

Renacimiento[editar]

Palazzo della Ragione de Palladio

El espíritu renacentista evoca las cualidades intrínsecas del ser humano‏‎. La Idea de progreso del hombre - científico, espiritual, social - se hace un objetivo importante para el periodo. La Antigüedad Clásica redescubierta y el humanismo surgen como una guía para la nueva visión de mundo que se manifiesta en los artistas del periodo.

La cultura renacentista se muestra multidisciplinar e interdisciplinar. Lo que importa al hombre renacentista es el culto al conocimiento y a la razón, no habiendo para él separación entre las ciencias y las artes. Tal cultura se mostró un campo fértil para el desarrollo de la arquitectura.

La arquitectura renacentista se mostró Clásica, pero no se pretendió ser neoclásica. Con el descubrimiento de los antiguos tratados (incompletos) de la arquitectura clásica (de entre los cuales, el más importante fue De Architectura de Vitruvio, base para el tratado De re aedificatoria de Alberti), se dio margen a una nueva interpretación de aquella arquitectura y su aplicación a los nuevos tiempos. Conocimientos obtenidos durante el periodo medieval (como el control de las diferentes cúpulas y arcadas) fueron aplicados de formas nuevas, incorporando los elementos del lenguaje clásico.

El descubrimiento de la perspectiva es un aspecto importante para entenderse el periodo (especialmente la Perspectiva céntrica): la idea de infinito traída por la manipulación del punto de fuga fue bastante utilizada como elemento escénico en la concepción espacial de aquellos arquitectos. La perspectiva representó una nueva forma de entender el espacio como algo universal, comprensible y controlable a través de la razón del hombre. El dibujo se hizo el principal medio de diseño y es así como surge la figura del arquitecto solitario (diferente de la concepción colectiva de los edificios medievales). Los nuevos medios de diseño del proyecto influenciaron la concepción espacial de los edificios en el sentido en que las miradas son controladas, direccionadas a un punto de vista específico. El poder de la perspectiva de representar universalmente la realidad no se limitó a sólo describir la experiencia, sino también a anticiparla proyectando la imagen de vuelta a la realidad.

Entre los principales arquitectos del Renacimiento se incluyen Vignola, Alberti, Brunelleschi y Miguel Ángel.

Manierismo[editar]

Con la evolución del Renacimiento y el constante estudio y aplicación de los ideales clásicos, comienza a surgir entre los artistas del periodo un sentimiento anticlásico, aunque sus obras continuaran siendo en esencia predominantemente clásicas. En este momento surge el manierismo.

Los arquitectos manieristas (que rigurosamente pueden continuar siendo llamados renacentistas) se apropian de las formas clásicas pero comienzan a deconstruir sus ideales. Algunos elementos del manierismo:

  • son constantes las referencias visuales en espacios internos a los elementos típicos de la composición de espacios externos: ventanas que se vuelven para dentro, tratamiento de escaleras externas en alas interiores de edificios, etc.
  • el ya consagrado dominio de la perspectiva permite experimentos diversos que huyen al espacio perspectivo de los periodos anteriores.

Miguel Ángel es uno de los arquitectos renacentistas que pueden ser llamados manieristas.

Arquitectura barroca[editar]

La ostentación formal de los espacios del Barroco y del Rococó

El Barroco surge en el escenario artístico europeo en dos contextos muy claros durante el siglo XVII: de entrada había la sensación de que, con el avance científico representado por el Renacimiento, el Clasicismo, aunque hubiera ayudado en este progreso, no estaba en condiciones de ofrecer todas las respuestas necesarias a la dudas del hombre. El universo ya no era el mismo, el mundo había se expandido y el individuo quería experimentar un nuevo tipo de contacto con lo divino y lo metafísico. Las formas lujuriantes del Barroco, su espacio elíptico, definitivamente antieuclidiano, fueron una respuesta a estas necesidades.

El segundo contexto es la Contrarreforma promovida por la Iglesia Católica. Con el avance del protestantismo, el antiguo orden cristiano romano (que, en cierto sentido, había incentivado el advenimiento del mundo renacentista) estaba siendo suplantado por nuevas visiones de mundo y nuevas actitudes ante lo Sagrado. La Iglesia sintió la necesidad de renovarse para no perder los fieles y vio en la promoción de una nueva estética la oportunidad de identificarse con este nuevo mundo. Las formas del barroco fueron promovidas por la institución en todo el mundo (especialmente en las colonias recién descubiertas), haciéndolo el estilo católico, por excelencia.

Arquitectura neoclásica[editar]

El Capitolio de Washington, ejemplo de neoclasicismo arquitectónico

A finales del siglo XVIII e inicios del Siglo XIX, Europa asistió a un gran avance tecnológico, resultado directo de los primeros momentos de la Revolución Industrial y de la cultura de la Ilustración. Fueron descubiertas nuevas posibilidades constructivas y estructurales, de forma que los antiguos materiales (cómo la piedra y la madera) pasaron a ser sustituidos gradualmente por el cemento (y más tarde por el hormigón armado) y por el metal.

Paralelamente, profundamente influenciados por el contexto cultural de la Ilustración europea, los arquitectos del siglo XVIII pasaron a rechazar la religiosidad intensa de la estética anterior y la exageración lujuriante del Barroco. Se buscaba una síntesis espacial y formal más racional y objetiva, pero aún no se tenía una idea clara de cómo aplicar las nuevas tecnologías en una nueva arquitectura. Insertados en el contexto del Neoclasicismo en las artes, aquellos arquitectos vuelcan en la arquitectura para los nuevos tiempos el ideal la clásico.

El Neoclasicismo no pretendió, de hecho, un estilo nuevo (diferente del arte clásico renacentista). Era mucho más una reinterpretación del repertorio formal clásico y menos una experimentación de esta formas, teniendo como gran diferencia la aplicación de las nuevas tecnologías.

Edad Contemporánea[editar]

La arquitectura que surge con la Edad Contemporánea‏‎ irá, en mayor o menor grado, a reflejar los avances tecnológicos y las paradojas socioculturales generadas por el advenimiento de la Revolución Industrial. Las ciudades pasan a crecer de modo desconocido anteriormente y nuevas demandas sociales relativas al control del espacio urbano deben ser respondidas por el Estado, lo que acabará llevando al surgimiento del urbanismo como disciplina académica. El papel de la arquitectura (y del arquitecto) será constantemente cuestionado y nuevos paradigmas surgen: algunos críticos alegan que surge una crisis en la producción arquitectónica que permea todo el siglo XIX y solamente será resuelta con la llegada de la arquitectura moderna.

Siglo XIX[editar]

El Parlamento inglés es una de las obras más conocidas de la arquitectura neogótica inglesa

Todo el siglo XIX asistirá a una serie de crisis estéticas que se traducen en los movimientos llamados historicistas: bien por el hecho de que las innovaciones tecnológicas no encuentren en aquella contemporaneidad una manifestación formal adecuada, bien por diversas razones culturales y contextos específicos, los arquitectos del periodo veían en la copia de la arquitectura del pasado y en el estudio de sus cánones y tratados un lenguaje estético legítimo.

El primero de estos movimientos fue el ya citado Neoclásico, pero también va a manifestarse en la arquitectura neogótica inglesa, profundamente asociada a los ideales románticos nacionalistas. Los esfuerzos historicistas que tuvieron lugar principalmente en Alemania, Francia e Inglaterra por razones ideológicas, vendrían más tarde a transformarse en un mero conjunto de repertorios formales y tipológicos diversos, que evolucionarían hacia el Eclecticismo, considerado por muchos como el más decadente y formalista de entre todos los estilos historicistas.

La primera tentativa de respuesta a la cuestión tradición x industrialización (o entre las artes y los oficios) se dio con el pensamiento de los románticos John Ruskin y William Morris, proponentes de un movimiento estético que fue conocido justamente con el nombre de Arts & Crafts (cuya traducción literal es "artes y oficios"). El movimiento propuso la investigación formal aplicada a las nuevas posibilidades industriales, viendo en el artesano una figura a destacar: para ellos, el artesano no debería extinguirse a causa de la Industria, sino hacerse su agente transformador, su principal elemento de producción. Con la disolución de sus ideales y la dispersión de sus defensores, las ideas del movimiento evolucionaron, en el contexto francés, hacia la estética del Art nouveau, considerado el último estilo del siglo XIX y el primero del siglo XX.

Estilos[editar]


Siglo XX[editar]

La arquitectura moderna de la Bauhaus
La Casa de la Cascada, de Frank Lloyd Wright, un icono de la arquitectura orgánica

Tras las primeras décadas del siglo XX se hizo muy clara una distinción entre los arquitectos que estaban más próximos de las vanguardias artísticas en curso en Europa y aquellos que practicaban una arquitectura conectada a la tradición (en general de características historicistas, típica del Eclecticismo). Aunque estas dos corrientes estuvieran, en un primer momento, llenas de matices y medios términos, con la actividad "revolucionaria" propuesta por determinados artistas, y principalmente con la actuación de los arquitectos conectados a la fundación de la Bauhaus en Alemania, con la Vanguardia rusa en la Unión soviética y con el nuevo pensamiento arquitectónico propuesto por Frank Lloyd Wright en los EEUU, la diferencia entre ellas queda nítida y el debate arquitectónico se transforma, de hecho, en un escenario poblado de partidos y movimientos caracterizados.

La renovación estética propuesta por las vanguardias (especialmente por el Cubismo, el Neoplasticismo‏‎, el Constructivismo y la Abstracción) en el campo de las artes plásticas, se abre el camino para una aceptación más natural de las propuestas de los nuevos pensamientos arquitectónicos,. Estas propuestas se basaban en la creencia en una sociedad regulada por la Industria, en la cual la Máquina‏‎ surge como un elemento absolutamente integrado en la vida humana y en la cual la naturaleza no está sólo dominada, sino que también se proponen nuevas realidades distintas de la natural.

De una forma general, las nuevas teorías que se discuten acerca del Arte y del papel del artista ven en la industria (y en la Sociedad industrial cómo uno todo) la manifestación máxima de todo el trabajo artístico: artificial, racional, preciso, finalmente, moderno. La idea de Modernidad surge como un ideario conectado a la una nueva sociedad, compuesta por individuos formados por un nuevo tipo de educación estética, gozando de nuevas relaciones sociales, en la cual las desigualdades fueron superadas por la neutralidad de la razón. Este conjunto de ideas ve en la arquitectura la síntesis de todas las artes, visto que es ella quienes define y da lugar a los acontecimientos de la vida cotidiana. Siendo así, el campo de la arquitectura abarca todo el ambiente habitable, desde los utensilios de uso doméstico hasta toda la ciudad: para el arte moderno, no existe más la cuestión artes aplicados x artes mayores (todas ellas están integradas en un mismo ambiente de vida).

La arquitectura moderna será, por lo tanto, caracterizada por un fuerte discurso social y estético de renovación del ambiente de vida del hombre contemporáneo. Este ideario está formalizado con la fundación y evolución de la escuela alemana Bauhaus: de ella salen los principales nombres de esta arquitectura. La búsqueda de una nueva sociedad, naturalmente moderna, era entendida como universal: de esta manera, la arquitectura influída por la Bauhaus se caracterizó como algo considerado internacional (de ahí la corriente de pensamiento asociada a ella es llamada Estilo Internacional, título que viene de una exposición promovida en el MoMA de Nueva York).

Estilos principales[editar]

Primera mitad del siglo

Segunda mitad del siglo hasta la actualidad

Otras tradiciones arquitectónicas[editar]

Machu Picchu, ejemplo de arquitectura inca.

Cualquier cultura o civilización humana tiene su propia tradición arquitectónica que implica diferentes maneras de pensar, ordenar y crear estructuras o espacios físicos derivadas de las peculiaridades del ambiente físico en el que se desarrollaron (clima, materiales de construcción...) como del ambiente cultural (historia, religión, estructura social, tecnologías...)

Arquitectura contemporánea[editar]

La arquitectura practicada en las últimas décadas viene caracterizada, de forma general, como una reacción a las propuestas de la arquitectura moderna: una veces los arquitectos actuales releen los valores modernos y proponen nuevas concepciones estéticas (lo que eventualmente se caracterizará como una actitud llamada "neomoderna"); otras proponen proyectos de mundo radicalmente nuevos, buscando presentar proyectos que, ellos mismos, sean paradigmas antimodernistas, conscientemente despreciando los criticados dogmas del modernismo.

Las primeras reacciones negativas a la excesiva dogmatización que la arquitectura moderna propuso a inicios del siglo XX, surgieron, de una forma sistémica y rigurosa, alrededor de la década de 1970, teniendo en nombres como Aldo Rossi y Robert Venturi sus principales exponentes (aunque teóricos cómo Jane Jacobs hayan promovido críticas intensas, aunque aisladas, a la visión de mundo del Movimiento Moderno ya en los años 50, especialmente en el campo del Urbanismo).

La crítica antimoderna, que en un primer momento se restringió a especulaciones de orden teórico académicas, inmediatamente ganó experiencia práctica. Estos primeros proyectos están conectados de forma general a la idea de la revitalización del "referente histórico", colocando explícitamente en jaque los valores antihistoricistas del Movimiento.

Durante la década de 1980 la revisión del espacio moderno evolucionó hacia su total deconstrucción, a partir de estudios influidos especialmente por corrientes filosóficas como el Deconstructivismo. A pesar de ser muy criticada, esta línea de pensamiento estético se mantuvo en los estudios teóricos y en la década de 1990 sedujeron al gran público y se hicieron sinónimo de una arquitectura de vanguardia. Nombres como Rem Koolhaas, Peter Eisenman y Zaha Hadid están conectados a este movimiento. El arquitecto norteamericano Frank Gehry, a pesar de estar clasificado en gran media como arquitecto deconstructivista, ha sido criticado por los propios miembros del movimiento.

Referencias

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Alberto Mengual, .

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