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Arquitectura etrusca

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Arquitectura etrusca

Los etruscos eran tribus que formaban parte de Italia antes de los romanos y se ubicaron desde finales del siglo IX hasta el III a.C. en la antigua Etruria (centro de Italia, entre los ríos Tíber y Arno). Los griegos les llamaban tirrenos y probablemente descendían de los Pelasgos o heteos.

Aproximadamente desde el 630a.C. la arquitectura etrusca estuvo fuertemente influenciada por la arquitectura griega, que se desarrolló durante el mismo período. A su vez, influyó en la arquitectura romana, que en sus primeros siglos puede considerarse como una variación regional de la arquitectura etrusca. Pero cada vez más, desde aproximadamente 200a.C. los romanos miraban directamente a Grecia por su estilo, mientras que a veces conservaban formas y propósitos etruscos en sus edificios.

Los etruscos fueron constructores considerables en piedra, madera y otros materiales de templos, casas, tumbas y murallas, así como puentes y carreteras. Las únicas estructuras que permanecen en cantidad en algo como su condición original son las tumbas y las paredes, pero a través de la arqueología y otras fuentes, tenemos mucha información sobre lo que alguna vez existió.

Territorio[editar]


Vestigios[editar]

La arquitectura etrusca solo puede reconocerse a través de los pocos restos aún erigidos o integrados en construcciones más recientes (las del Renacimiento italiano ):

  • Paredes ciclópeas (Vetulonia, Cortona, Roselle, Perugia).
  • Puertas de la ciudad (Porta all'Arco de Volterra, Porta Marzia de Perugia, Puerta de Júpiter en Viterbo).
  • Bases del teatro (Volterra) y del templo etrusco (Fiesole) decoradas con estatuas etruscas.
  • Grandes necrópolis que emergen del suelo (Cerveteri) o enterradas (Monterozzi) que, copiando los interiores etruscos, nos ilustran sobre sus detalles.
  • Frontones desprendidos de templos (Caballos alados de Tarquinia).


Características[editar]

La piedra fue el material básico empleado por los etruscos en su arquitectura y, aunque de mala calidad, la usaron como refuerzo para basamentos y otras construcciones. El mármol no fue usado y la madera fue útil para las cubiertas. Asimismo se usaron las tapias y el ladrillo cocido.

Además de varias construcciones ciclópeas a ellos atribuidas, se sabe que importaron de Oriente y usaron en los edificios el arco de medio punto, la bóveda perfecta.

Los etruscos que bien pudieron establecerse, inicialmente, en el norte de Grecia para, más tarde, huir a Italia con motivo de la invasión de los Dorios, o que procediendo de donde procediesen, se establecen en Etruria, aprendieron de los griegos las técnicas y formas básicas de la construcción micénica e imitaron en sus construcciones los tres órdenes.

La arquitectura etrusca, siempre menos elegante y menos genial que la griega, tiene una gran influencia en el mundo romano, especialmente en lo que se refiere a la forma de concebir las ciudades, la disposición y forma de los templos, el uso del arco y la bóveda y la construcción de mausoleos. No utilizan materiales nobles como el mármol, sino piedras de baja calidad en refuerzos, madera, ladrillo y tapial. Sus construcciones emplean el arco y la bóveda con la columna sobre soporte, formando el orden toscano, orden que tiene relación con el dórico.

Los componentes de dicho orden toscano son:

  • columna lisa y disminuida de catorce módulos, con su basa y capitel.
  • capiteles más sencillos que los dóricos.
  • carece de triglifos, mútulos y dentículos y de todo adorno que fuera moldura lisa.
  • la columna descansa sobre un pedestal que tienen de elevación una tercera parte que aquélla.

No se conocen más que escasos restos de este orden y sólo se han hallado en el centro de Italia (en Vulci y Alba Fucense) pero se conocen sus proporciones por los libros de Arquitectura escritos por Vitruvio.

No existen edificios etruscos propiamente dichos si no son algunos muros y alguna puerta como la de Perusa y de los restos de tumbas, como las de Castel D’Asso. Pero se han descubierto multitud de galerías subterráneas o criptas funerarias como las de Corneto, Volterra, Cervetere, etc. que, a veces, tienen su cubierta de falsa cúpula y revelan grande reminiscencias egipcias y micenaicas. De ellas y de otros lugares de Etruria se han extraído numerosos objetos de cerámica y Orfebrería que guardan los museos y en los cuales se advierte poderosa la inspiración griega ya de Asia ya de Europa. Por los dibujos que se pueden ver en algunas vasijas etruscas, consta que daba entrada a sus templos un pórtico de los llamados in antis, como los primitivos pórticos griegos. En Roma, se conservan todavía como primera construcción de los etruscos la célebre Cloaca máxima, conducto abovedado que data de la época de Tarquino Prisco (siglo VI a. C.)

Urbanismo[editar]

Las ciudades se localizaban en mesetas o zonas altas en lugares cercanos a la costa o cerca de un río para facilitar el acceso al mar y al interior, garantizando la llegada y distribución de los bienes materiales. La situación de estas ciudades implicaba la creación de instalaciones portuarias para facilitar el comercio.

Existe una distinción entre las ciudades que surgen de forma “espontánea” y aquellas que son planificadas adaptándose al terreno, tal y como harían más adelante los romanos.

Los cánones para la planificación de las ciudades aparecen en la segunda mitad del siglo VI. El ritual se articulaba en varias fases: La primera era la toma de augurios, tras lo cual se delimitada el pomerium (línea imaginaria que delimita la ciudad itálica) mediante el trazado de un surco realizado por un buey y una vaca blancos uncidos a un arado. En el interior del pomerium se trazaban dos grandes calles perpendiculares que constituían la base de la retícula. Una dispuesta en dirección Norte-Sur llamada "Cardo" y otra dispuesta de Este a Oeste, llamada "Decumano".

En Marzabotto, ciudad fundada de nueva planta a finales del siglo VI a.C, la planta presenta una estructura ortogonal orientado según los puntos cardinales. El recinto está protegido por una muralla en la que se abren dos puertas de acceso que enlazan con su arteria en su eje norte-sur, que se corta en ángulos rectos por tres calles, todas ellas con una anchura de 15 m y aceras de 5 m, utilizadas con fines comerciales. Las ocho regiones que se crean con esta división se dividían en ínsulas por pequeños ejes viarios norte-sur. Esta división recuerda el característico urbanismo griego cuya creación se atribuye a Hipodamo de Mileto, pero la rigurosa orientación de las calles pertenece a la tradición etrusca y prueba de ellos es el hallazgo bajo la vía principal de un cipo con una cruz que marca los puntos cardinales, que se corresponde a la cruz de los gromáticos, lo que supone que fue el origen del trazado de los ejes viales, pero también la prueba material del ritual de fundación.

Arquitectura defensiva[editar]

Las ciudades se amurallaron aproximadamente desde el siglo VIII, primero con ladrillos de adobe y luego a menudo con piedra. Las murallas contaban con un terraplén y una fosa o zanja frente a la ellas.

Las ciudades tenían varias puertas por donde se accedía desde los caminos, algunas de ellas en forma de arco. La mejor que ha sobrevivido es la Porta Marzia en Perugia. En el siglo IV, Volterra tenía dos murallas de las que la segunda rodeaba toda la ciudad.

La mampostería es a menudo de buena calidad, a veces con bloques rectangulares regulares en un sillar tosco, y a veces "ciclópeo", con grandes bloques poligonales, en parte conformados para encajar entre sí y rellenando los huecos con piedras mucho más pequeñas.


Arquitectura residencial[editar]

Durante el período más antiguo (finales del siglo IX - primera mitad del siglo VIII a.C.) la casa etrusca tenía una forma circular o elíptica, con un solo piso con paredes de arcilla y enrejado de caña y un techo de abono con techo inclinado. postes de madera. El interior constaba de una única habitación con abertura de entrada y salidas de humos, el suelo estaba formado por una fina capa de grava.

A partir del siglo VII la casa tiene planta rectangular, dividida en dos estancias, los muros tienen cimientos en bloques de piedra rematados por enrejados de madera y ladrillos crudos mezclados con arcilla, arena y paja, el techo de doble inclinación comienza a tener un tejado de tejas.

Durante el siglo VI la casa evolucionó hacia el tipo que consta de dos o tres habitaciones una al lado de la otra, precedidas por un vestíbulo o pórtico que cruza la fachada en sentido transversal. Más tarde, los etruscos hicieron del patio la pieza fundamental de la casa flanqueándolo con habitaciones laterales. De esta forma quedaron puestas las bases no sólo de la casa etrusca con atrio o toscán sino, también de la casa atrio romana.

Para el año 400 a .C. la vivienda etrusca quedaba consolidada para servir de modelo a la residencia, que en Pompeya, evolucionaría hacia la consagración de la casa romana. De esta manera una casa etrusca de familia acomodada se organizaba a partir de un pasillo de entrada, que atravesaba una primera crujía donde quedaban localizados unos cubículos tabernas para tiendas y negocios con acceso desde la calle. Este pasillo llevaba a un espacio rectangular amplio atrium, a cuyos lados se ubicaban, simétricamente, dos o tres dormitorios. Sobre el fondo se localizaban tres habitaciones adosadas por sus costados, de las que la central, tablinum, era claramente mayor y servía como espacio de recepción y relación. Las dos laterales más pequeñas, alae, albergaban la cocina y los servicios, y servían de paso al pequeño jardín que se disponía detrás de la casa. Toda la vivienda se ventilaba e iluminaba a partir del espacio central, para lo cual, su cubierta mostraba un gran hueco, concluvium, por el que penetraba la luz, el aire y el agua de lluvia de la cubierta que era recogida en el impluvium, una cisterna o estanque de poca profundidad y una superficie en planta ligeramente mayor que la del concluvium.

Generalmente las viviendas se localizaban entre medianeras o unidas por más de uno de sus costados, pero, aún en los casos en que ésto no era así, se abrían pocas y pequeñas ventanas en los muros exteriores, iluminándose y ventilándose la vivienda exclusivamente, cenitalmente a través del concluvium y a partir del atrio.


Materiales[editar]

La cimentación se realizaba mediante sillares de grandes dimensiones correctamente escuadrados, colocados en seco y en el mayor de los casos se componían de grandes mampuestos aglomerados con barro. En ocasiones, la cimentación más modesta se realizaba con ladrillo de adobe, al igual que los muros de carga, pero en todos los casos, en su coronación o en el arranque de los muros, se colocaban unas primeras hiladas de mampuestos de piedra tosca.

Los muros de la vivienda se levantaban inicialmente en piedra con mampostería irregular de pequeños mampuestos reforzados con madera hasta que empezó a utilizarse el adobe que pasó a ser el material más utilizado revestido con barro.

Las cubiertas se resolvían a un agua, a pesar de que la doble crujía que componían en torno al patio les llevaba a desaguar hacia dos vertientes, una hacia el concluvium y otra hacia el exterior.

Desde el punto de vista estructural la casa etrusca presenta la novedad de la utilización de dos grandes vigas paralelas que a modo de puente soportaban la cubierta del atrium y descansaban sobre los muros salvando la luz entre ellos sin soportes en las esquinas del impluvium. Esta estructura fue conocida, ya en tiempo de los romanos, como el Cavoedium tuscanicum.

Arquitectura religiosa[editar]

Los primeros etruscos adoraban en recintos al aire libre, delimitados pero no construidos. Es a partir del 600 a.C., en el apogeo de su civilización, cuando empiezan a crear templos monumentales de influencia griega. Estaban situados fuera de las ciudades, en lugares elevados

Normalmente solo usaban la piedra para el podio o la plataforma base, sobre la que construían el templo de madera y adobe. Sin embargo, hay evidencia del uso de la piedra en las columnas del pórtico, como en Veii. La única explicación escrita de importancia en su arquitectura que se conoce es la de Vitruvio, quien los describió unos dos siglos después de que la civilización etrusca fuera absorbida por Roma.

Se trataba de templos cuadrangulares formados por una cella, que en algunas ocasiones se hace triple, a la que se accedía por una escalinata en la parte delantera. Tras ella había columnas (y sobre ellas frontón, donde se colocaron esculturas de terracotas a partir del Siglo VI a. C.), formando un vestíbulo o atrio. A veces había columnas en los laterales de la cella pero en ningún caso en su parte trasera. La estructura era adintelada. La cubrición a doble vertiente, es única para las tres cellas, pese a que la central es más ancha, diferenciándose del griego por la falta de Krepis, la ausencia de proporciones, la triple cella y la falta del pórtico trasero.

La arquitectura etrusca comparte con la arquitectura del Antiguo Egipto el uso de grandes molduras de cavetto como una cornisa, aunque no a la misma escala masiva. El cavetto tomó el lugar del cymatium griego en muchos templos, a menudo pintados con patrones verticales de «lengua», y combinado con la distintiva «moldura etrusca redonda», a menudo pintada con escamas.


Arquitectura funeraria[editar]

La cultura etrusca se caracteriza por un exhaustivo cuidado del lugar de reposo de los difuntos, para lo que construyen necrópolis que se ubican generalmente a las afueras de las murallas ciudadanas, con orientación paralela al cardo y al decumano.

Existe una clasificación de la arquitectura funeraria etrusca distinguiendo de hecho tres tipos de necrópolis o catacumbas: hipogeos, edículos y túmulos cubiertos por una falsa cúpula o bóveda, que son los más conocidos. Son famosas las de Tarquinia y Cerveteri.

Las paredes de las necrópolis se pintaban con vivos colores que contrastaban con la oscuridad, símbolo de la muerte espiritual.

Tipos:

  • Tumba de fosa o pozo: Son el tipo más simple de enterramiento, para la gente más humilde. Consistían en un pozo excavado en el suelo cubierto por una lápida horizontal o con dos lápidas formando una especie de tejadillo.
  • Hipogeos: aparecen ya a partir del siglo VI para la gente más noble, son cámaras excavadas enteramente bajo tierra o se realizaban ocupando cavidades naturales preexistentes, como grutas o caverna excavadas en la roca. En ellos se imita el interior una casa y se cierra con una puerta, aunque muchas veces hay una falsa puerta. Estas tumbas muchas veces están situadas una junto a la otra formando calles y creando verdaderas ciudades. Cuando esto sucede son llamadas tumbas a dado.
De ellas, la más famosa es el Hipogeo de los volumnios, descubierta en el año 1840. Este tipo de catacumba estaba formado por un inclinado acceso de escalones, que llevaba directamente al atrio. Se cree que la sepultura en hipogeos se reservaba a personas de cierto rango social, especialmente políticos, militares y sacerdotes.
  • Edículos: se construían enteramente fuera de la tierra, pretendiendo ser templos en miniatura, pero que en la práctica eran muy parecidos a las habitaciones de los primeros asentamientos etruscos. En la simbología etrusca, era muy significativa la forma de templete: representaba el punto intermedio del viaje que el difunto debía realizar de la vida a la muerte, una especie de última etapa de la vida terrena.
  • Túmulos: es un enterramiento propio de los siglos VII y VI. Fue el tipo de enterramiento más llamativo ya que había un túmulo de tierra hacia el exterior que podía tener hasta 40 metros de diámetro. No estaban alineados de forma tan clara como las tumbas a dado pero también crean ciudades. Estaban formados por un pasillo que llevaba a distintas cámaras. La cubierta era adintelada y a veces a doble vertiente, y en el interior había decoración en relieve para imitar el interior de una vivienda: pilastras, ventanas, bancos, sillas, etc. Encima, se ponía un tambor de piedra sobre el que iría la tierra que formaría el túmulo. A veces se colocaba algo encima, como un árbol. Deben su nombre al hecho de que, una vez ejecutada la sepultura, se cubría con una pila de tierra, con el fin de crear una especie de colina artificial. Cada una de estas tumbas se articula, como los hipogeos, en diversas cámaras sepulcrales de dimensiones proporcionales a la riqueza y notoriedad del difunto o su familia. Generalmente eran de planta circular. Entre ellas hay que recordar la Tumba de los Relieves, en el interior de la necrópolis de la Banditaccia, cerca de Cerveteri.


Necrópolis de la Banditaccia[editar]

La necrópolis de la Banditaccia se encuentra al noroeste de Cerveteri (Provincia de Roma), y en sus cerca de 400 hectáreas de extensión se encuentran miles de sepulturas, de las más antiguas del periodo vilanoviano (Siglo IX a. C.) a las más «recientes» del periodo etrusco (Siglo III a. C.).

Las sepulturas más antiguas que hay son las vilanovianas (del siglo IX al VIII a. C.), y se caracterizan por su forma de pocito, donde se custodiaban las cenizas del difunto, o por las fosas para la inhumación.

Del siglo VII hay dos tipos de sepulturas, las de túmulo y las de «dado». Estas últimas consistían en una larga hilera de tumbas alineadas regularmente a lo largo de las calles sepulcrales.

Las sepulturas en forma de túmulo se caracterizan por una estructura de toba de planta circular que reproduce en el interior una representación de la casa del difunto, con corredores (dromos) para acceder a las diversas estancias. La abundancia de detalles del interior de estas sepulturas ha permitido a los arqueólogos conocer los usos cotidianos de los etruscos.Destaca la Tumba de los Relieves (Tomba dei Rilievi), que data del siglo IV a. C..

Las sepulturas más recientes son las del siglo III a. C. Algunas de ellas se caracterizan por la presencia de cippiera, un contenedor para cipos probablemente usado para indicar el sexo de los difuntos en su interior.

Referencias

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https://dadun.unav.edu/bitstream/10171/16550/1/RE_Vol%2015_09.pdf
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https://www.arteespana.com/arquitecturaetrusca.htm
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http://www.revistaadios.es/ampliacion/105/Los-Etruscos-y-sus-ciudades-eternas.html
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https://www.hisour.com/es/etruscan-architecture-33671/
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Alberto Mengual, .

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